Han transcurrido 34 años desde que la adolscente Christine Ann Diefenbach, de 14 años, fue asesinada en un vecindario de Queens. Desde entonces su familia espera obtener justicia y ver cara a cara al asesino, pero el caso sigue estando envuelto en un velo de misterio.
El asesino de Christine, una adolescente de Richmond Hill, nunca fue identificado, y mucho menos capturado. Pero los detectives del NYPD y la Oficina del Fiscal de Distrito de Queens siguen buscando.
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“Hoy se cumple el lúgubre aniversario de 34 años desde la muerte de Christine Ann Diefenbach, de 14 años, en Richmond Hill, Queens. No importa cuánto tiempo pase, nuestra búsqueda de justicia continúa. Contacta a @NYPDTips con cualquier información, no importa cuán pequeños puedan parecer los detalles”, tuiteó el lunes la Oficina del Fiscal de Distrito de Queens.
En el tuit se observa la fotografía escolar de Christine, quien luce un vestido estampado azul y un lazo, tomada poco antes de que fuera asesinada el 7 de febrero de 1988.
Christine salió de su casa alrededor de las 7 a.m. y se dirigió a un quiosco en Lefferts Boulevard para comprar un periódico dominical para la familia, declaró su padre, John, a la policía esa mañana.
Recorrió el vecindario cuando ella no regresó, pero no pudo encontrar a nadie que la hubiera visto.
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Aparentemente, Christine tomó un atajo en 89th Avenue, trepó por un terraplén y caminó por las vías del ferrocarril de Long Island hasta Lefferts.
El atajo era común entre los niños del vecindario, según reportaron los medios de comunicación de esa época. Y fue allí donde la policía encontró su pequeño cuerpo, golpeado brutalmente, con la blusa abierta y los jeans bajados. La adolescente tenía menos de 5 pies de altura.
Era febrero y Christine llevaba guantes, lo que significaba que la policía no podía recuperar ningún material de ADN utilizable de sus manos o debajo de sus uñas.
Aproximadamente seis meses después del asesinato, el LIRR instaló una cerca alrededor de sus patios de almacenamiento y mantenimiento para evitar que los niños del vecindario siguieran cruzando por el área. Si estuviera viva hoy, Christine tendría 45 años.
Los padres de Christine se mudaron al condado de Suffolk en Long Island no mucho después del asesinato. Poco después se estableció un premio de arte en la escuela de Richmond Hill al que asistió Christine, a quien le encantaba pintar.
Llama al 1-888-57-PISTA (74782) si tienes información acerca del caso.
