NUEVA YORK - El amor es extraño, especialmente en medio de una pandemia, pero una amable desconocida pudo darle un inédito regalo a una pareja recién casada de la ciudad de Nueva York.
Nevona Friedman estaba en un paseo en bicicleta por el Puente de Brooklyn durante el fin de semana cuando tomó fotos de una pareja que se casaba durante la puesta del sol. Pero tuvo que rastrearlos porque no quería interrumpir la ceremonia íntima y privada de la pareja.
Karolina Kovalenko y Stephan Ponova se dieron el "Sí" el domingo, exactamente un año después del día en que se conocieron en América del Sur. Una noche de rumba salsera los llevó luego a escalar montañas, escalar glaciares y navegar puentes colgantes sobre barrancos empinados juntos.
"En el momento en que nos encontramos, nos dimos cuenta de que estábamos en casa", dijo Kovalenko.
La aventurera pareja se comprometió el mes pasado, pero sabían que las limitaciones de COVID-19 le hacía imposible celebrar una boda regular. Entonces decidieron casarse en una ciudad que amaban con solo un oficiante como testigo.
"Estaban tan interesados el uno por el otro, que no quería decirles, 'aquí, les tomé una foto", dijo Friedman.
La pareja no tenía idea de que Friedman era su otro testigo hasta que publicó la foto de su boda en Twitter con la esperanza de encontrarlos.
"Estamos muy contentos de que nos haya encontrado", dijo Kovalenko. Las fotos que Friedman tomó fueron las únicas que capturaron el mágico momento de la pareja.
Los recién casados aún no tienen planes para una luna de miel, pero sí planean celebrar otra ceremonia con amigos y familiares cuando puedan. Por ahora, se centran en difundir el amor.
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"Deseamos que todos encuentren a una persona que los haga sentir de esta manera", dijo Kovalenko.
