Coronavirus

Lunes negro: coronavirus y el petróleo hunden a la Bolsa en su peor día desde 2008

En este contexto, lo que beneficiará al consumidor es que bajará el precio de la gasolina.

Un corredor de bolsa trabaja este lunes en la Bolsa de Wall Street, en Nueva York.
EFE/ Justin Lane

La Bolsa de Valores de Nueva York se contagió del pesimismo generado por el coronavirus y la caída de los precios del petróleo, por lo que cayó casi 8% en una jornada histórica que inició con un desplome de más de 7%, que conllevó que las transacciones fueran suspendidas durante 15 minutos.

Tras reactivarse el mercado se mantuvo la volatilidad y las acciones aminoraron las pérdidas durante casi toda la mañana pero al cierre rondaron de nuevo el 7,7%, más de 2,000 puntos. Así cerró su peor día desde 2008, en plena crisis financiera.

Los temores al impacto global del coronavirus y el desplome de los precios del crudo causaron estragos este lunes en los mercados de valores del mundo, con pérdidas que en la mayoría de los casos superaron el 6 por ciento en Asia y Europa, algo a lo que Wall Street siguió la tónica.

Han sido un par de semanas brutales y vertiginosas para los mercados financieros a nivel mundial. El mercado de valores de Estados Unidos había caído 12.2% desde que impuso un máximo histórico el mes pasado por temores a qué tanto resultarán afectadas las ganancias de las compañías a causa de la enfermedad COVID-19.

Y este lunes en los primeros 4 minutos de la apertura de Wall Street (que abre a las 9:30 a.m. ET) los precios de las acciones en el índice Dow Jones, el principal indicador, cayeron al vacío más de 7%, unos 1,884 puntos. El S&P 500 igualmente cayó 7% y esto obligó a una suspensión momentánea de las transacciones hasta las 9:49am.

Mecanismo de defensa

De acuerdo a nuestro canal hermano CNBC este tipo de medidas de detener las transacciones ante una caída en picada es un mecanismo creado por precedentes que obligaron a crear un sistema de cierre automático. Los mercados instituyeron "interruptores automáticos" a raíz del "Lunes Negro" de 1987. El 19 de octubre de 1987, el mercado cayó 508.32 puntos, 22.6%, o $500 mil millones perdidos en un día. Esta fue la mayor caída porcentual de un día en la historia hasta ese momento.

Los interruptores automáticos se usaron por primera vez en octubre de 1989, luego de una importante caída del mercado de valores. Hasta 1997, los mercados usaban una regla de caída de puntos, es decir, observar cuántos puntos declinaron los mercados, en lugar del porcentaje del movimiento, para activar los interruptores automáticos y detener las transacciones de compra/venta.

En el caso de este lunes, el mercado (en este caso del índice S&P 500, que con 500 empresas es considerado el indicador más representativo del mercado) cayó más de 7%, lo cual detonó el Nivel 1 que hace que las transacciones se detengan durante 15 minutos. Esta situación no sucedía desde el 1 de diciembre de 2008, en plena crisis financiera.

El Nivel 2 se activaría si la caída es de 13% y habría otra pausa de 15 minutos en las transacciones bursátiles si la volatilidad se registra antes de las 3:25 p.m. (si pasa después de esta hora, no cesarían las operaciones).

El nivel 3 se activa con un desplome de 20% y las operaciones se pararían por el resto del día. Estos interruptores automáticos nunca se activaron en su forma actual durante el horario normal bursátil. El sistema anterior se renovó después de que no se pudo evitar la caída repentina de mayo de 2010. El conjunto actual de interruptores entró en vigencia en febrero de 2013.

Bolsas mundiales y petróleo

Los efectos adversos en las bolsas fueron especialmente devastadores, con un descenso del 7.96%, en la bolsa de la capital de Tailandia, país en cuya economía desempeña un importante papel el turismo, en gran medida procedente de China, que se ha reducido al mínimo desde que comenzó el brote de coronavirus.

Las principales bolsas europeas tuvieron fuertes pérdidas en la sesión de este lunes, encabezadas por Milán, que se hundió más del 11 %, en una nueva jornada en la que el pánico a la expansión del coronavirus, y la posibilidad de que la economía entre en recesión, lastró el sentimiento inversor.

El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cerró este lunes con un desplome del 24,59 %, hasta situarse en 31.13 dólares el barril, en una sesión marcada por el inicio de una guerra de precios entre Arabia Saudí y Rusia en medio de la crisis por el coronavirus, que ha arrastrado el precio del crudo a niveles similares a los de 1991, en plena Guerra del Golfo.

Al final de las operaciones a viva voz en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de futuros de WTI para entrega en abril restaron 10,15 dólares respecto a la sesión previa del viernes, lo que muchos analistas han definido de colapso.

Los expertos señalan que tanto el COVID-19 como el fracaso y la disputa de la OPEP con su principal socio era algo que se esperase en los mercados hace tan solo un mes y ahora lo que esperarán los inversores es a que Rusia y Arabia Saudí comiencen a acercar o no sus posturas y se encaminen hacia una resolución del conflicto petrolífero.

"Estamos en condiciones sin precedentes en las que el mercado observa qué productor pestañea primero. Aunque los precios bajos pondrán a prueba el balance fiscal de Arabia Saudí, tienen el menor coste por barril, y con su baja deuda pueden usar las reservas soberanas para aguantar el dolor", escribieron analistas de la firma S&P Global Platts en una nota hoy.

En este marco, Arabia Saudí ya se ha adelantado para ofrecer descuentos masivos al precio de los contratos de abril y se prepara ya para un aumento muy significativo de su producción por encima de los 10 millones de barriles por día, en vez de los 9.7 millones actuales y tiene capacidad para llegar hasta los 12.5 según fuentes citadas por el canal especializado CNBC.

La disputa entre Arabia Saudí y Rusia, que amenaza con afectar a los dividendos de las grandes petroleras, llega justo en un momento en el que la demanda está por los suelos como consecuencia de la caída de los desplazamientos por la crisis del coronavirus.

En este contexto, lo que beneficiará al consumidor es que bajará el precio de la gasolina.

El derrumbe de este lunes llega después de que la alianza entre la OPEP (Países Exportadores de Petróleo), Rusia y otros nueve productores fracasase el pasado viernes al no lograr un acuerdo para un nuevo recorte de la oferta conjunta de crudo.

La OPEP había decidido por unanimidad respaldar la iniciativa de Arabia Saudí de retirar del mercado 1.5 millones de barriles para frenar la caída de la demanda desencadenada por el coronavirus, pero se topó con la oposición de sus socios.

De acuerdo con los medios, el fracaso de la negociación ha provocado una guerra de precios entre los saudíes y Rusia.

Para Vandana Hari, experta de la firma Vanda Insights, los mercados han reaccionado sorprendidos por el desencuentro con Rusia, principal defensor de no aplicar el recorte de bombeo.

"El colapso de la alianza OPEP/no OPEP es la mayor sorpresa para el mercado del petróleo, y se produce con el desafío añadido de que no tenemos una visión completa de lo que hay por delante", dijo Hari en unas declaraciones a la cadena BBC.

Algunos expertos calculan que la guerra de precios puede llevar el precio del crudo a unos $20 por barril, a menos que los saudíes y los rusos vuelvan a la negociación.

Stephen Innes, principal estratega de mercados en AxiCorp, consideró que los reportes de que Arabia Saudí podría incrementar los barriles que produce con el fin de ganar participación en el mercado son una estrategia para generar “conmoción y asombro”.

El coronavirus suele causar síntomas de leves a moderados, pero debido a que es algo nuevo, los expertos no saben qué tanto se propagará ni cuánto daño hará, tanto a la salud como a la economía.

El número de casos a nivel mundial alcanzó los 109,000, e Italia intentó el domingo aislar una región que alberga a más de un cuarto de su población con la esperanza de contener el brote.

Si el número de contagios disminuye en otras partes del mundo tal como lo ha hecho en China, si el mercado laboral de Estados Unidos conserva la solidez que ha tenido y si la agitación en los mercados termina creando sólo una caída de confianza a corto plazo entre los compradores, todo esto podría retroceder rápidamente. Pero todos esos son un montón de posibles puntos críticos.

“Hay más interrogantes que en cualquier otro momento en este mercado alcista de 11 años”, comentaron estrategas de BTIG.


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