Neonazi mató a cuatro

GILBERT, Arizona – Un ex integrante del cuerpo de infantes de la marina, quien tenía vínculos con un grupo neonazi y con los vigilantes fronterizos llamados Minutemen, fue quien mató a tiros a cuatro personas para luego suicidarse en una vivienda de un suburbio de Phoenix, informó la policía el jueves.

El vocero de la policía de Gilbert, sargento Bill Balafas, dijo el jueves que las autoridades creen que Jason Todd Ready, de 39 años, era el hombre armado que abrió fuego el miércoles en una vivienda de Gilbert.

Los reportes periodísticos indican que entre las cuarto víctimas se encuentran la novia de Ready, así como la hija y la nieta de la mujer.

Ready era conocido en Arizona por organizar una patrulla en el desierto con la intención de encontrar a narcotraficantes e inmigrantes que buscan ingresar a territorio estadounidense sin autorización legal. Conocido como "J.T.", Ready encabezó una organización conocida como la guardia fronteriza estadounidense que vestía uniforme militar y chalecos antibalas, y que portaba fusiles de asalto durante el patrullaje en busca de inmigrantes no autorizados en el desierto al sur de Phoenix.

La policía ha señalado que el agresor se encontraba entre los muertos pero no lo ha identificado. Las autoridades indicaron que entre los occisos se encuentran Lily Lynn Mederos, de 15 meses de edad; Amber Nieve Mederos, de 23 años; Lisa Lynn Mederos, de 47, y Jim Franklin Hiott, de 24 años.

Balafas ha dicho que toda la evidencia apunta a que el tiroteo está relacionado con una disputa doméstica, pero no dio detalles al respecto. Los agentes han recuperado dos pistolas y una escopeta en el lugar.

El tiroteo ocurrió en una subdivisión de hogares de estuco con techos de tejas rojas.

Balafas agregó que los cadáveres de dos hombres se encontraron en el exterior de la vivienda y los de dos mujeres en el interior. Una niña de entre 1 y 2 años fue hallada dentro de la casa, con señales de vida, cuando la policía acudió al lugar, pero falleció poco después en un hospital.

Cerca de tres horas después del ataque, un hombre se acercó a la zona acordonada y dijo a los policías mientras apuntaba a la escena del crimen, "tengo una hija que vive en esa casa".

Los agentes lo alejaron de la zona acordonada. Segundos después, se escuchó un grito de angustia. Luego, el hombre lloraba mientras se alejaba del lugar acompañado por policías.

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