Comunidad LGBTQIA+

Translatinas: el reconocimiento a medias, una lucha que se intensifica y el legado de sus líderes

Telemundo

Este jueves, 31 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, una fecha en la que se busca resaltar los logros de las personas transgénero y transexuales, pero al mismo tiempo recordar las luchas que aún tienen que enfrentar.

Fue esta comunidad la que inició la llama del movimiento por los derechos de la comunidad LGBTQ+, con activistas como la legendaria Sylvia Rivera, de raíces puertorriqueñas y venezolanas, quien fue una líder en las manifestaciones de Stonewall Inn de 1969 en Manhattan.

Rivera, como una mujer hispana, alzó la voz contra el rechazo a las personas trans de color y desafío los paradigmas de la época.

Sin embargo, a más de 50 años de la redada policial en Stonewall Inn, las translatinas aún luchan por su lugar, pues afirman que siguen siendo discriminadas no solo entre los neoyorquinos, sino también dentro de la comunidad LGBTQ+.

Y como algunas de ellas señalan, la historia y la misma comunidad no les han dado el reconocimiento por su liderazgo en la lucha por los derechos de la comunidad LBGTQ+.

“Las que abrieron las puertas exigiendo derechos dentro del activismo fue la comunidad trans. Y a pesar de esto, la comunidad trans ha sido la más marginada y echada a un lado. Y eso no ha cambiado, y sigue porque existe la rivalidad de egos. Dentro de la misma comunidad hay mucha hipocresía”, dijo Arely Velázquez, una cosmetóloga translatina en la Ciudad de Nueva York que ha impulsado a su comunidad en Queens, donde se refugiaron las primeras inmigrantes translatinas.

Organizaciones como Make The Road han trabajado por la lucha de la comunidad trans inmigrante, principalmente en ese condado.

Fue aquí, donde Velázquez participó en un programa que buscaba que las mujeres trans pudieran obtener una licenciatura en cosmetología para así tener mayores oportunidades laborales y romper estereotipos, que, según ella, son marcados principalmente dentro de los latinos y la misma comunidad LBGTQ+.

“Empezamos 10 personas, y terminó la mayoría, como un 70%. Gracias a eso tuvimos una carrera. Que mejor oportunidad que nos brindó porque existe la discriminación, y aunque estamos supuestamente en un país libre, sabemos que todavía está mal visto todo lo que hace referencia a nuestra comunidad”, afirmó Velázquez durante una entrevista telefónica.

“Porque, aunque eres una chica trans y vas a pedir un empleo, principalmente en los lugares latinos, primero se dan cuenta de cómo luces, y así luzcas bien te dicen que no, simplemente porque eres una persona trans”, agregó.

“Dentro de los salones también pasa que dentro de la comunidad hay discriminación, porque si de repente un chico gay es el mismo dueño del lugar y llegas a pedir trabajo te mira de arriba abajo. No hay apoyo dentro de la misma comunidad LGTBQ”, expresó Arely.

Según la organización Make the Road, los neoyorquinos transgéneros de color son particularmente vulnerables a la violencia, el odio y la discriminación. En su página web, el grupo señala que se registran casos de violencia de odio dirigidos a mujeres latinas transgénero en vecindarios de Queens. Solo en 2017 hubo más de 15 ataques.

La organización también describe como las trabajadoras trans indocumentadas enfrentan tasas más altas de violencia en el lugar de trabajo que cualquier otro grupo.

LORENA BORJAS, PIONERA DE LA LUCHA POR LA VISIBILIZACIÓN DE LAS TRANSLATINAS

En medio de estas discriminaciones, Lorena Borjas, una mujer trans de Veracruz, México, que llegó a los Estados Unidos en 1981 y falleció el 31 de marzo de 2020 por complicaciones relacionadas al COVID, se convirtió en la “madre de la comunidad trans”, tras dedicar parte de su vida a luchar por las translatinas, principalmente por las trabajadoras sexuales.

Borjas trabajó para proteger a las víctimas transgénero y transexuales de la trata de personas y ayudó a facilitar el acceso a las pruebas del VIH y la terapia hormonal para las trabajadoras sexuales transgénero.

Fue en 2015 cuando fundó el Colectivo Intercultural TRANSgrediendo y asumió el cargo de directora ejecutiva de esta organización. Luego de su muerte, dejó un legado sin precedentes, que personas como Liaam Winselt, que ahora lidera la organización, lo siguen manteniendo.

El legado de Lorena nos deja muchos caminos abiertos, sobre todo para las nuevas generaciones que seguimos manteniendo la resistencia

Liaam Winselt, directora ejecutiva de Colectivo Intercultural TRANSgrediendo.

“El legado de Lorena nos deja muchos caminos abiertos, sobre todo para las nuevas generaciones que seguimos manteniendo la resistencia, la sororidad entre las trabajadoras sexuales, porque Lorena insistió mucho a que se reconozcan los derechos de la comunidad trans, de las trabajadoras sexuales y de la comunidad inmigrante”, dijo Liaam Winselt, la directora ejecutiva de Colectivo Intercultural TRANSgrediendo, fundada por Borjas.

“En la actualidad la organización sigue trabajando a máxima capacidad. Es un espacio para la comunidad trans inmigrante. Lorena dejó un aprendizaje y dejó un legado”, añadió.

En este centro que fundó Lorena, quien cumple dos años de fallecida el mismo día que se celebra el Día Internacional de la Visibilidad, se ofrece varios servicios a la comunidad, como ayuda legal gratuita en español y comedores comunitarios.

“No había antes un centro comunitario como el que tenemos ahora, tenemos un comedor comunitario, ayudamos a muchas compañeras que no tienen que comer. Es un espacio seguro, con grupos de apoyo, tenemos un grupo para personas que hacen trabajo sexual, tenemos servicios legales para los que necesiten”, agregó Winselt durante una entrevista telefónica.

A pesar del legado que dejó Borjas, Winselt resaltó que el tanto el estado como la Ciudad de Nueva York no le han dado el reconocimiento que se merece.

“Se ha hecho muchas cosas para reconocer su legado, pero creemos que el estado debería reconocerla más como esa imagen que luchó durante décadas por cambiar el sistema. Hace falta un espacio, un monumento, se lo merece, sobre todo por su trabajo”, expresó.

¿QUÉ PIDE LA COMUNIDAD PARA ALCANZAR EL HITO?

Pese al legado de Borjas y otras líderes, la comunidad sigue enfrentando graves problemas que la pandemia intensificó, como el poco acceso a servicios de salud y la pobreza. La encuesta transgénero de EE. UU. (USTS) de 2015 encontró que el 18% de los encuestados en Nueva York estaban desempleados y el 37% vivían en la pobreza.

“Nos falta mucho, queda claro que hay una brecha histórica con la comunidad trans, sobre todo a la inmigrante, el COVID ha mostrado más la pobreza y es preocupante. El estado de Nueva York se olvida de que nosotras somos neoyorquinas, pero no tenemos esa ayuda”, expresó Wilnselt.

Por eso, la organización que fundó Lorena, así como otros líderes de la comunidad, como la asambleísta Catalina Cruz y la senadora Jessica Ramos, piden al gobierno estatal una inversión de $15 millones con el fin de cerrar esa brecha.

​​Con la asignación de fondos, la comunidad busca:

  • Identificar organizaciones comunitarias líderes y proporcionarles fondos para expandir su trabajo.
  • Proporcionar subvenciones a organizaciones para crear soluciones de vivienda de apoyo para personas transgénero y no binarias.
  • Crear programas, o financiar programas existentes, que se centren en coordinar la atención médica inclusiva para personas que se identifican como transgénero, género no binario o intersexual.
  • Brindar subvenciones a organizaciones que prioricen a la comunidad TGNB, para aumentar la capacidad de profesionales de la salud para brindar de manera efectiva atención de la salud transgénero, género no binario e intersexual e instituir mejores prácticas inclusivas.
  • Proporcionar subvenciones a hospitales, clínicas de atención u otros proveedores médicos que brinden servicios de afirmación de género.
  • Servicios de atención médica, como terapia hormonal o cirugía de reasignación de género, para comenzar o seguir prestando esos servicios.
  • Proporcionar fondos para ofrecer servicios de salud mental.
  • Proporcionar becas para la formación educativa y profesional centrada en el empleo.
  • Proporcionar subvenciones a organizaciones que apoyan a personas que se identifican como transgénero, género no binario o intersexuales para acceder a los servicios sociales locales.
  • Proporcionar fondos para mejorar la recopilación de datos sobre identidad y expresión de género en el estado de Nueva York, con un enfoque en neoyorquinos de género expansivo y sus necesidades.

PODER POLÍTICO, LA NUEVA LUCHA

Pero Arely piensa que, para cerrar la brecha, es necesario conseguir un gobierno más diverso, representativo e inclusivo. La activista resaltó que no existen representantes de su misma comunidad.

“Yo creo que el gobierno debería capacitar a personas que realmente se interesen en la comunidad trans, que sean personas dentro de la misma comunidad porque una persona trans sabe las necesidades de su misma comunidad”, expresó.

“Debería haber más líderes de la comunidad trans, en el momento no hay uno que yo sepa”, indicó.

Sin embargo, la comunidad entró al ruedo político con Elisa Crespo, quien buscó representar al Bronx en el Concejo Municipal el año pasado.

Si bien algunos artículos periodísticos se enfocaron en el pasado como trabajadora sexual de la joven política, los activistas fustigaron a esos medios al señalar su lenguaje despectivo para describir a Crespo, quien aspiró a convertirse en la primera concejal transgénero de la ciudad por el Distrito 15.

En esos artículos se le describió como una "exprostituta" que "fue arrestada en una operación policial" hace más de una década.

Si bien el artículo fue presentado como “revelador”, Crespo ya había hablado de forma pública y franca sobre su experiencia.

Los reportes sobre Crespo desencadenaron una apabullante ola de apoyo por parte de figuras políticas y activistas reconocidos de la comunidad LBGTQ+, quienes resaltaron la persecución policial, la discriminación y la marginación que azotan a la comunidad transgénero, en particular a las mujeres hispanas y negras.

La postulación de Crespo coincidió con una nueva generación de candidatos miembros de la comunidad LBGTQ+ que han logrado victorias electorales históricas, ya sea en el Concejo Municipal y la Legislatura estatal hasta en esferas como el Congreso.

Desde que inició la lucha, han pasado varias leyes y medidas que han sido positivas para la comunidad LGTBQ, entre esas La Ley de Derechos Humanos del Estado de Nueva York que prohíbe la discriminación basada en orientación sexual real o percibida, además las personas que viven con el VIH o el SIDA, que están protegidas por la disposición sobre discapacidad de la Ley de Derechos Humanos del Estado de Nueva York, asimismo en 2011 pasó la ley que permite el matrimonio igualitario, y en 2019 la ley estatal prohibió el uso de defensas de "pánico gay" y "pánico trans".

La defensa del pánico es la idea de que muchas personas heterosexuales pueden desencadenarse en una reacción violenta, incluso asesina, por un avance sexual no deseado, en otro sentido, que alguien que asesina a una persona en función de su orientación sexual no es necesariamente responsable de sus acciones. Este argumento no se utilizaba como defensa por derecho propio, sino como complemento de otras defensas como la locura temporal, la provocación o la autodefensa.

Pese al terreno ganado, las translatinas avivan su lucha a la vez que buscan el poder político a fin de generar cambios de raíz.

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