COVID-19

¿Qué es el COVID-19 de larga duración y a qué grupos presentan los síntomas?

Según una encuesta publicada en junio por los CDC, del procentaje que ha informado haber tenido COVID-19 en el pasado, casi el 9% de los adultos hispanos actualmente tienen COVID-19 prolongado, más alto que los adultos blancos no hispanos (7.5%) y negros (6.8%), y más del doble del porcentaje de adultos asiáticos no hispanos (3.7%).

Telemundo

NUEVA YORK -- Algunas personas que han sufrido del COVID-19 pueden tener efectos a largo plazo por la infección, conocidos como afecciones posteriores al COVID-19, (PCC, por sus siglas en inglés), o afecciones persistentes al COVID-19, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, (CDC, por sus siglas en inglés).

Las personas llaman a las afecciones posteriores al COVID-19 por varios nombres, tales como COVID-19 persistente, COVID-19 de larga duración, COVID-19 posagudo, secuelas posagudas de la infección por el SARS CoV-2, (PASC, por sus siglas en inglés), efectos a largo plazo del COVID-19 o COVID-19 crónico.

Las afecciones posteriores al COVID-19 pueden incluir una amplia variedad de problemas crónicos de salud, que pueden durar semanas, meses o más tiempo. Los CDC señalan que estas son más frecuentes en personas que se enfermaron gravemente a causa del COVID-19, pero cualquier persona que se haya infectado por el virus que causa el COVID-19 puede tener afecciones posteriores al COVID-19, incluso aquellas personas que tuvieron un cuadro leve de la enfermedad o no presentaron síntomas de la enfermedad.

Las personas que no están vacunadas y se infectan también pueden tener mayor riesgo de presentar afecciones posteriores al COVID-19 en relación con las personas que se infectan estando vacunadas. Si bien la mayoría de las personas con afecciones posteriores al COVID-19 tiene evidencia de infección por el virus o se ha enfermado a causa del COVID-19, en algunos casos, es posible que una persona con afecciones posteriores al COVID-19 no de positivo en la prueba de detección o ni siquiera sepa que se ha infectado.

Según una encuesta publicada en junio por los CDC, más del 40% de los adultos en los Estados Unidos informaron haber tenido COVID-19 en el pasado, y casi uno de cada cinco de ellos (19%) todavía tiene síntomas de "COVID prolongado". Los datos fueron recopilados del 1 al 13 de junio por la Oficina del Censo de EEUU y analizados por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS) de los CDC.

De esos, casi el 9% de los adultos hispanos actualmente tienen COVID-19 prolongado, más alto que los adultos blancos no hispanos (7.5%) y negros (6.8%), y más del doble del porcentaje de adultos asiáticos no hispanos (3.7%). Además, las mujeres son más propensas que los hombres a tener actualmente COVID-19 prolongada (9.4 % frente a 5.5 %).

En general, 1 de cada 13 adultos en los EEUU (7.5 %) tiene síntomas de "COVID prolongados", definidos como síntomas que duran tres meses o más después de contraer el virus por primera vez y que no tenían antes de la infección por COVID-19.

La Encuesta del Pulso de los Hogares es una asociación continua entre la Oficina del Censo, los CDC y otras agencias federales. NCHS recientemente agregó preguntas a la encuesta para evaluar la prevalencia de las condiciones posteriores a la COVID-19, a veces llamadas "COVID prolongada".

Los CDC y sus socios están estudiando para conocer más acerca de quiénes tienen afecciones posteriores al COVID-19 y por qué, incluso si los grupos que sufrieron un impacto desproporcionado por el COVID-19 tienen mayor riesgo.

Síntomas según los CDC

Las personas con afecciones posteriores al COVID-19 pueden tener diversos síntomas que pueden durar más de cuatro semanas o incluso meses después de la infección. A veces, los síntomas pueden desaparecer o reaparecer.

Es posible que las afecciones posteriores al COVID-19 no afecten a todos de la misma manera. Las personas con afecciones posteriores al COVID-19 pueden tener problemas de salud con diferentes tipos y combinaciones de síntomas durante diferentes periodos. Los síntomas de la mayoría de los pacientes van mejorando poco a poco con el tiempo. Sin embargo, en el caso de algunas personas, las afecciones posteriores al COVID-19 pueden durar semanas, meses o más tiempo después de haber tenido COVID-19 y a veces pueden causar discapacidad.

Las personas con afecciones posteriores al COVID-19 suelen notificar lo siguiente:

Síntomas generales

  • Cansancio o fatiga que interfiere con la vida diaria.
  • Síntomas que se agravan al realizar un esfuerzo físico o mental (también conocidos como "malestar general posesfuerzo").
  • Fiebre.

Síntomas respiratorios y cardiacos

  • Dificultad para respirar o falta de aire.
  • Tos.
  • Dolor de pecho.
  • Corazón que late rápido o muy fuerte (conocido como palpitaciones).

Síntomas neurológicos

  • Dificultad para pensar o concentrarse (a veces denominada "neblina mental").
  • Dolor de cabeza.
  • Problemas para dormir.
  • Mareos (desvanecimiento) al ponerse de pie.
  • Sensación de hormigueo.
  • Alteraciones del gusto o el olfato.
  • Depresión o ansiedad.

Síntomas digestivos

  • Diarrea.
  • Dolor estomacal.

Otros síntomas

  • Dolor muscular o en las articulaciones.
  • Sarpullido.
  • Cambios en los ciclos menstruales.

Síntomas difíciles de explicar y manejar

Las personas con condiciones post-COVID pueden desarrollar o continuar teniendo síntomas que son difíciles de explicar y manejar. Las evaluaciones clínicas y los resultados de los análisis de sangre de rutina, las radiografías de tórax y los electrocardiogramas pueden ser normales. Los síntomas son similares a los informados por personas con EM/SFC (encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica) y otras enfermedades crónicas poco conocidas que pueden ocurrir después de otras infecciones. Las personas con estos síntomas inexplicables pueden ser malinterpretadas por sus proveedores de atención médica, lo que puede resultar en mucho tiempo para que obtengan un diagnóstico y reciban la atención o el tratamiento adecuados.

Prevenir las afecciones persistentes al COVID-19

La mejor manera de prevenir las afecciones posteriores al COVID-19 es protegerse y proteger a los demás para evitar infectarse. Para las personas que cumplen los requisitos, vacunarse y estar al día con las vacunas contra el COVID-19 puede ayudar a prevenir la infección por el COVID-19 y evitar enfermarse gravemente.

Las investigaciones sugieren que hay menos probabilidades de que las personas que están vacunadas pero se infectan por el virus (infección en vacunados) notifiquen afecciones posteriores al COVID-19, a diferencia de las personas que no están vacunadas.

Qué hacer si tengo afecciones persistentes al COVID-19

Sin embargo, las personas que tienen afecciones posteriores al COVID-19 pueden atenderse con un proveedor de atención médica para obtener un plan de control médico personal que les ayude a mejorar los síntomas y su calidad de vida. Revise estos consejos para prepararse para una cita con el proveedor de atención médica por afecciones posteriores al COVID-19. Además, existen muchos grupos de apoyo organizados que pueden ayudar a los pacientes y a sus cuidadores.

Aunque las afecciones posteriores al COVID-19 parecen ser menos frecuentes en niños y adolescentes que en adultos, sí pueden manifestarse efectos a largo plazo después del COVID-19 en niños y adolescentes.

Hable con su médico si cree que usted o su hijo tienen afecciones persistentes al COVID-19 o una afección posterior al COVID-19. 

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