Un miembro de una pandilla fue sentenciado a 18 años de prisión por el asesinato en 2005 de una estrella del baloncesto universitario en un crimen que sacudió el campus de Long Island.
Casi dos décadas después de la muerte a tiros de Tafare Berryman, nativo de Brooklyn de 23 años, que fue asesinado después de una pelea en un bar en la que ni siquiera participó, Jaime Rivera recibió su condena el viernes tras pasar 12 años eludiendo a la justicia.
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Berryman, un jugador de baloncesto en C.W. Post College, estaba a dos semanas de graduarse cuando lo mataron. Los fiscales dijeron que le dispararon cuando intentaba llevar a un amigo al hospital después de una pelea en un club nocturno de Long Island el 3 de abril de 2005.
La sentencia fue agridulce para la madre de Berryman, Dawn Thompson.
“Mi bebé estaba haciendo lo correcto. Iba a la universidad, a punto de graduarse en dos semanas, y lo mató. Sabes que el dolor no se va a ir. Como madre, no sabes que tienes un vacío en tu vida y tu estómago", dijo después de la audiencia. "Pero Dios mío, es real y le agradezco todo lo que pasó hoy".
Rivera, miembro de la pandilla Latin Kings, se declaró culpable de asesinato por el tiroteo que dijo que hizo para "mantener mi posición" en la pandilla. Los fiscales dijeron que Rivera pensó erróneamente que Berryman había sido parte de una pelea fuera del club que involucraba a pandilleros.
Rivera fue arrestado en 2017 después de que conocidos le dijeran a los investigadores que había admitido haber disparado. El arresto puso fin a un caso que una vez apareció en "America's Most Wanted".
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En la corte el viernes, el asesino convicto se disculpó con la familia de Berryman y con la suya propia. Habló sobre cómo cambió su vida tras las rejas y que ahora es un ministro ordenado.
La familia de Rivera no habló al salir de la corte, pero uno de los hermanos de Berryman dijo: "Quiero recordar a mi hermano y no quiero centrarme más en su muerte".
El juez del caso calificó a Berryman de estudiante excepcionalmente dotado y jugador estrella de baloncesto con muchas promesas, que fue asesinado sin motivo alguno. Thompson dijo que las acciones de Rivera destrozaron a su familia y que sigue adelante después de todos estos años, pero aún no está lista para perdonar y dice que su dolor nunca sanará.
"No creo que pueda encontrar el perdón en mi corazón todavía", dijo Thompson. "Porque, como dijo, nunca conoció a Tarfare, no lo conoce y, sin embargo, lo matas".
