NUEVA YORK - El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ganó la atención nacional la primavera pasada y ganó un Emmy Internacional por sus sesiones diarias informativas y transmitidas por televisión en las que respondía preguntas de los periodistas sobre la pandemia del COVID-19 e informaba a los neoyorquinos sobre la enfermedad.
Sin embargo, en las últimas semanas, el gobernador Andrew Cuomo ha presuntamente evitado encontrarse cara a cara con los reporteros tras las acusaciones de presunto acoso sexual en su contra.
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El demócrata no ha tenido una conferencia de prensa en persona desde diciembre, fecha en la que empezó a interactuar con los medios solo a través de conferencias telefónicas y resaltando que el cambio era una medida de bioseguridad necesaria durante la pandemia en curso.
Aunque la dinámica cambió, el gobernador Cuomo no ha evitado las preguntas por completo. El viernes, a través de Zoom, respondió preguntas de seis reporteros durante unos 25 minutos en un evento en Búfalo al que se les había prohibido a los reporteros asistir en persona.
Pero sus conferencias telefónicas con reporteros se han vuelto menos frecuentes esta primavera, con seis celebradas en marzo, en comparación de 10 hechas en febrero y 17 en enero.
Y con los reporteros obligados a marcar a una línea telefónica de forma remota y su oficina puede controlar qué reporteros pueden hacer preguntas. Los pocos que son elegidos a menudo no reciben preguntas de seguimiento.
Ese es un gran cambio con respecto a la primavera pasada, cuando Cuomo se reunió todos los días con reporteros que realizaban preguntas desde asientos en la Sala Roja del Capitolio del Estado.
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Desde febrero, mes que varias mujeres empezaron a testificar sobre presuntos comentarios y comportamientos inapropiados por parte de Cuomo, el gobernador ha asistido a numerosos eventos en los que aparece frente a grupos pequeños, pero no se permiten periodistas.
Cuando se le preguntó en una conferencia telefónica reciente por qué no podía tener periodistas en la sala, Cuomo dijo que era más seguro hablar con los reporteros de forma remota y que hacerlo mediante una conferencia telefónica no impedía que los periodistas hicieran preguntas difíciles.
“Tratamos de mantener bajo el número de personas y tratamos de mantener los mandatos de distanciamiento físico”, dijo Cuomo sobre sus eventos en persona. “Responder preguntas con la prensa, puedo hacerlo por otros medios, como este”.
En parte, es un regreso a la práctica para Cuomo, quien, antes de la pandemia del coronavirus, rara vez realizaba conferencias de prensa periódicas.
Pero después de meses de fácil acceso, la repentina negativa del gobernador a permitir que los reporteros lo interroguen libremente ha irritado a los medios de comunicación.
Su retirada de la vista se produce cuando la oficina de la fiscal general del estado, los fiscales federales y el comité judicial de la Asamblea estatal investigan las acusaciones de que Cuomo presuntamente abusó de su poder para acosar sexualmente a mujeres y retener datos sobre las muertes por COVID-19 entre los residentes de hogares de ancianos.
Los líderes del comité judicial han dicho que su investigación incluirá una revisión de un contrato de libros reciente y si la familia de Cuomo tuvo acceso a resultados de pruebas más rápidos que otros neoyorquinos. La investigación está revisando si hay motivos para acusar al gobernador.
Los líderes de la Asociación de Periodistas de Nueva York exigen que Cuomo reabra sus conferencias de prensa a los periodistas y esta semana calificaron su evitación de los medios de comunicación como “una afrenta al público”.
“Estos eventos de acceso restringido son un flagrante mal uso del dinero de los contribuyentes en un intento de reforzar la imagen del gobernador y al mismo tiempo atacan el derecho del público a conocer las actividades del Gobierno, un derecho que ejercen los medios de comunicación cuando cubren el eventos públicos del gobernador en persona”, escribió Jeremy Boyer, editor ejecutivo de The Citizen y Auburnpub.com, en una carta en nombre de la asociación. “Ningún gobernador debería negarse a brindar este nivel básico de acceso y transparencia”.
El repentino cambio de rumbo de Cuomo es sorprendente porque parecía haberse enorgullecido de responder a las preguntas de los periodistas la primavera pasada, dijo el profesor de ciencias políticas de Skidmore College, Christopher Mann. En una sesión informativa de junio, Cuomo elogió a los periodistas por hacer "las preguntas directas y realmente probables que obtuvieron la información que la gente necesitaba".
Ahora, dijo Mann, "se ha retirado por completo, lo que tiene implicaciones sobre cómo se gobierna el estado".
Los gobernadores de muchos otros estados han permitido que los periodistas asistan a conferencias de prensa en interiores y exteriores.
El gobernador de California, Gavin Newsom, un demócrata, permite que los periodistas asistan hasta a tres conferencias de prensa en persona a la semana y, a menudo, dedica de 15 a 20 minutos a preguntas. El gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, también demócrata, realiza conferencias de prensa en persona dos veces por semana con 20 a 40 minutos dedicados a las preguntas de los periodistas.
El gobernador de Texas Greg Abbott y el gobernador de Florida Ron Desantis, ambos republicanos, han pasado alrededor de 10 minutos en promedio respondiendo preguntas de los reporteros en conferencias de prensa recientes. Abbott habla una vez a la semana, mientras que Desantis ha estado llevando a cabo reuniones informativas en persona abiertas a los medios al menos dos veces por semana.
Sin embargo, DeSantis a veces se aleja de las conferencias de prensa sin responder a las preguntas de los reporteros, particularmente cuando se enfrenta al cuerpo de prensa del Capitolio en Tallahassee.
Algunos gobernadores todavía están llevando a cabo conferencias de prensa solo virtuales. La demócrata Gretchen Whitmer ha estado llevando a cabo conferencias una vez a la semana esta primavera a medida que aumentan los casos en Michigan.
El alcalde de la Ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, tampoco ha permitido que los periodistas entren a sus sesiones informativas durante meses por razones de bioseguridad, pero ha permitido que los periodistas hagan preguntas cuatro veces por semana durante las sesiones de preguntas y respuestas que pueden durar una hora y hasta más.
