Poseer una orden de restricción no ayudó a Lisbeth Acosta a detener el brutal abuso del padre de su hija, Héctor Delacruz. El hombre acosó a la veinteañera pese a que se mudó de Nueva Jersey a El Bronx con su pequeña, y lo que fueron semanas de acecho culminó con un ataque a machetazos la noche del viernes.
Acosta se refugió hace un mes en el apartamento de su madre en un edificio ubicado en Grand Concourse, cerca de East 196th Street en la sección Fordham Manor. Ni siquiera eso persuadió a Delacruz de cesar el acoso luego de tres años de una relación tormentosa.
“Quiero que le caiga todo el peso de la ley y de la justicia divina”, expresó Fidelina Ramírez, madre de Lisbeth. “Él tenía toda la intención de quitarle la vida, eso fue premeditado”.
La familia narró que el sospechoso la hostigaba sin reparar en las orden de restricción. Incluso algunos vecinos reportaron a Delacruz, de 27 años y residente de Paterson.
Argenys Acosta, hermano de Lisbeth, dijo que el sujeto acumula varios reportes por violencia doméstica y que su hermana huyó de Nueva Jersey con el deseo de reiniciar su vida.
La madre se recupera de sus graves heridas en el hospital St. Barnabas a la vez que la familia demanda que Delacruz enfrente la justicia. Yovanny Ramírez, tía de la joven, afirma que el sospechoso finge tener una enfermedad mental para eludir la cárcel.
“Él iba a la casa y delante de la abuela él le daba golpes a ella”, añadió Modesto Acosta, tío de la víctima.
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Delacruz fue arrestado poco después del ataque y acusado de varios cargos, entre ellos agresión agravada e intento de asesinato.
