¡Llegó el día del Super Bowl!

NUEVA ORLEÁNS (AP) -- La temporada que culmina con el próximo Super Bowl pasó por recompensas, árbitros sustitutos y hasta el regreso del gran partido a Nueva Orleáns, con un quarterback de reemplazo, una rivalidad fraternal y el magnífico retiro de uno de los mejores jugadores de la NFL, opacado por los misteriosos poderes curativos del aerosol de asta de venado. Es el Super Bowl de las reapariciones, de primicias y acontecimientos postreros. Y si San Francisco gana, éste será también el partido que coronará al mejor equipo en la historia reciente. De ganar el domingo a los Ravens de Baltimore, los 49ers sumarán seis campeonatos e igualarán los títulos de Pittsburgh en la era del Super Bowl. A diferencia de los Steelers, los 49ers nunca han perdido uno. Aunque también es cierto que no han ganado uno en 18 años. "Existe una tradición con los 49ers de San Francisco, pero creo que estos chicos están allanándose el camino", estimó el receptor Jerry Rice, tres veces campeón y ya en el Salón de la Fama. "Están jugando con mucho pundonor". O como dijo la propietaria Denise DeBartolo York: "Hemos cerrado el círculo y la dinastía prevalecerá". Nueva Orleáns ha cerrado el círculo también. Luego de ser asolada por el huracán Katrina en agosto de 2005, de perder por éxodo a una cuarta parte de su población, de ser abandonada por los Saints durante toda una temporada, la ciudad no podía llegar a imaginar que sería la sede de otro Super Bowl. Pero mientras se recuperaba y se volvía a levantar, concibió organizar lo que el propietario de los Patriots, Robert Kraft, llama "el supremo acontecimiento deportivo". La NFL coincidió en que era momento del regreso. Y aunque el comisionado Roger Goodell es menospreciado en Nueva Orleáns por aporrear a los Saints con suspensiones y multas por el escándalo de las recompensas, el ánimo apreciado esta semana en el Barrio Francés y en la zona del estadio ha sido de apoyo e incluso edificante. "También para nosotros es formidable estar de vuelta aquí en Nueva Orleáns", dijo Goodell al bromear sobre muñecos de vudú con su imagen. "Nuestro 10mo Super Bowl aquí, el primero desde Katrina, y es evidente que esta ciudad se vuelve más grande y mejor que nunca antes". Destaca la historia de los hermanos entrenadores -John de Baltimore y Jim de San Francisco-, los primeros hermanos que se encaran al frente de equipos en un Super Bowl. Y Ray Lewis, el mejor linebacker de su generación, vivirá lo que ha calificado como su última aventura. Esta semana, su fiesta de despedida fue opacada durante dos días, cuando Lewis debió soslayar una información de que trató de conseguir productos inusitados como el aerosol de cornamenta de venado para agilizar su recuperación del brazo lesionado que lo alejó de 10 partidos. "Hay tantas tramas para este partido que lo vuelve más importante que sólo un Super Bowl", dijo el director general de los 49ers, Jed York. Al igual que la trama de los Harbaugh, sobre los hijos de un eterno entrenador que tomaron caminos diferentes caminos para llegar a la cúspide de la NFL. John, 15 meses mayor, no jugó en la NFL. Ha labrado su carrera a un costado del terreno. Es el único entrenador en jefe que ha ganado partidos de postemporada en sus cinco primeras campañas. Su quarterback, Joe Flacco, tiene la misma distinción, de cara a su primer Super Bowl. Jim Harbaugh fue una selección de la primera ronda del draft, y jugó como quarterback en cuatro equipos, durante 14 temporadas como profesional, antes de dedicarse a entrenador. Su éxito fue inmediato con San Diego -los Toreros en la liga colegial Pioneer, no los Chargers en la NFL-. Luego dirigió a Stanford antes de que los 49ers ganaran una guerra de ofertas y se hicieran de sus servicios en 2011. De cara al duelo de esta semana, han abundado las muestras de afecto y alegría entre los hermanos, aunque ello podría cambiar el domingo. "Probablemente esto es un poco más difícil en lo emocional", dijo John Harbaugh, acerca del enfrentamiento con su hermano. "Es un poco más difícil simplemente por el hecho de que yo no creo que piense en esto cuando enfrento a alguien más. En otros partidos, lo más importante es la estrategia. Aquí hay algún elemento de relación personal que puede ser más fuerte que cuando diriges contra alguien más". "Les podré dar una mejor respuesta después del partido. Nunca había pasado por esto antes. Todo es nuevo". Y desde luego, destaca el duelo de dos quarterbacks debutantes en el gran partido, Flacco y Colin Kaepernick. Flacco tiene sin embargo credenciales que lo avalan. Posee el récord de victorias de visita en postemporada, con seis. Pero antes de esta campaña, cuando superó a Peyton Manning y a Tom Brady, no había podido llevar a los Ravens al Super Bowl. Tiene ocho pases de anotación y ninguno interceptado en la postemporada, y ostenta un currículum que podría redituarle grandes ingresos muy pronto. Su contrato expira después de este partido, y aunque se considera desde ahora que seguirá en Baltimore (13-6), podría devengar unos 14,6 millones de dólares la próxima temporada. "Creo que, cuando hablas de quarterbacks triunfadores en los playoffs, todos ellos tienen victorias en el Super Bowl", dijo Flacco. "Así que esto es lo único que importa y lo que tratamos de conseguir". Eso mismo buscan los 49ers (13-4-1), que adoptaron a media temporada la llamada ofensiva de pistola para aprovechar mejor la versatilidad y el dinamismo que Kaepernick, que volvió imparable el ataque. Quizás San Francisco no hubiera llegado tan lejos si el titular original Alex Smith no hubiera sufrido una conmoción cerebral el 11 de noviembre, a la mitad de su mejor temporada. Kapernick se hizo cargo y el ataque despegó. Una vez que Smith se recuperó de sus lesiones, había dejado de ser el titular. Jim Harbaugh apostó su destino al quarterback de segundo año, quien aportó su talento al puesto. Decisiones complicadas como ésa terminan por considerarse una tontería o una genialidad. Esta funcionó de maravilla, y Kaepernick está a un triunfo de unirse a Joe Montana y a Steve Young como campeón del Super Bowl con los 49ers. "Era difícil ver que este equipo jugaba bien y no poder contribuir", dijo Kaepernick, quien antes de su ascenso era más conocido por su gran variedad de tatuajes que por su potente brazo y su velocidad digna de una pista olímpica. "Lo que me permitió seguir fue el hecho de saber que podía tener una oportunidad. Cuando llegó, necesitaba aprovecharla". Los 49ers esperan aprovechar también la oportunidad en el Superdome, el mismo inmueble donde sus leyendas de antaño brillaron para apabullar a Denver por 55-10 en 1990, la peor paliza que ha deparado el superdomingo. Los Steelers son reconocidos como la potencia en la era del Super Bowl, que tiene casi medio siglo. Cuatro de sus títulos llegaron en la década de 1970, cuando "Mean" Joe Greene y la "Cortina de Acero" anulaban a los rivales, mientras que Terry Bradshaw, Franco Harris y Lynn Swann anotaban puntos sin parar. Los dos últimos títulos de Pitsburgh llegaron recién en 2005 y 2008, y los Steelers han sido invitados constantes en los playoffs. Ello los ha mantenido en la elite del fútbol americano. Para San Francisco, los años dorados de Montana, Rice, Young y Ronnie Lott terminaron con la temporada de 1994. Ni siquiera llegaron a la postemporada entre 2003 y 2010, y están regresando por primera vez al Super Bowl. Rice considera que el sexto título de la franquicia llegará el domingo. "Sólo creo que teníamos a jugadores que brillaban en el gran partido", dijo. "Creo que di mis mejores partidos en los playoffs y en el Super Bowl. Y creo que ocurrirá lo mismo con estos jugadores".

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