Un pueblo mexicano situado en la frontera ha sufrido el éxodo de decenas de familias espantadas por la violencia.
La comunidad de Sonoyta, en el estado de Sonora, se ha convertido en escenario de una guerra que libran dos grupos criminales desde hace dos semanas.
El censo del 2010 calculó su población en 12,849 habitantes, pero ahora son muchos menos quienes recorren sus calles.
Recientemente unas 70 familias tuvieron que huir de Sonoyta, situada a 10 millas de la frontera con Arizona, y los centros educativos y parques han quedado vacíos.
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México
Una de las viviendas parecía un coladero.
Las dos bandas criminales en guerra son los Memos y los Salazar, quienes se disputan el control del tráfico de drogas en la región.
De momento ya se cuentan 14 muertos, entre ellos varias víctimas inocentes.
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