Expectantes y ansiosos por conocer de primera mano un país del que saben poco y al que no les resulta fácil viajar, desembarcaron hoy en La Habana más de 600 universitarios de EEUU, la última parada de un periplo de seis meses por 17 países a bordo del crucero académico "M.V Explorer".
Para algunos la estancia en Cuba es "un viaje en el tiempo", con coches de los años cincuenta y cierto atraso tecnológico; para otros una oportunidad de "pasarlo bien" y "experimentar otra cultura", pero para todos es una ocasión para estrechar lazos con un país con el que no tienen relaciones diplomáticas desde 1960.
"Creo que la relación entre los dos países debería ser distinta. Espero que superemos diferencias del pasado y podamos reconstruir las relaciones entre EEUU y Cuba", señaló a Efe Steven Gadell, un estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad de Virginia.
En sus cinco días de estancia en Cuba, tienen una agenda cargada de actividades culturales, conciertos, conferencias en la Universidad de La Habana y excursiones por otras provincias de la isla, que pote punto final a esta edición del programa "Semestre en el mar", que celebra su 50 aniversario.
Para la mayoría Cuba era el "destino preferido" de este viaje formativo auspiciado por la Universidad de Virginia, que transforma un barco de 590 pies de largo y 24.300 toneladas en un campus universitario por el que ya han pasado más de 55.00 estudiantes.
"Llevo tiempo queriendo venir porque es muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Para la mayoría de los norteamericanos no es posible viajar aquí, por lo que es una gran experiencia haber venido y poder compartirla con mi gente cuando vuelva a casa"; comentó una estudiante de Empresariales de la Universidad de Alabama.
Como consecuencia del embargo de Estados Unidos sobre la isla, los estadounidenses no pueden viajar libremente a Cuba, aunque desde 2011, cuando el presidente Barack Obama flexibilizó esas normas, se permiten viajes académicos, de periodistas o de religiosos para propiciar los contactos "entre pueblos".
Además de levantar la prohibición de viajar a un país que se encuentra a sólo 150 kilómetros de sus costas, la mayoría de los estudiantes se mostraron partidarios de normalizar las relaciones entre los dos países y del levantamiento del embargo, vigente desde 1962.
Para Brett Gelfand, estudiante de Finanzas en Universidad de Georgia, el embargo es una política "del pasado", impuesta hace 50 años por "razones políticas" y que no beneficia a nadie.
"Debemos tratar de averiguar cómo nuestra generación puede contribuir a salir de esta situación", afirmó.
Celeste Delgado, una de las profesoras de este crucero académico, indicó que esta generación es más "idealista" y confía en que se puedan restablecer pronto las relaciones con Cuba, "país por el que tienen mucha curiosidad porque durante años ha sido para ellos una tierra prohibida".
"Creo que este viaje les va a servir para desmontar muchas ideas preconcebidas que tienen sobre Cuba", indicó la docente.
El estudiante cubano Willy Pedroso, que se sumó al viaje en el último tramo de Barbados a Cuba para prepararles sobre qué se iban a encontrar en la isla, también consideró que este intercambio es una oportunidad para que vean "la realidad cubana" en primera persona, frente a las "mentiras" de algunos medios de comunicación.
"Nosotros no odiamos al pueblo norteamericano, simplemente hemos recibido una política hostil por parte de su gobierno, no del pueblo norteamericano, durante mas de cincuenta años", precisó.
No es la primera vez que el programa "Semestre en el mar" hace parada en Cuba, pero ahora llega en un momento de creciente debate en Estados Unidos sobre la necesidad de normalizar las relaciones diplomáticas entre los dos países.