Raquel Alvarado pidió justicia para sus tres hijos asesinados en Matamoros, México.
La espera por conocer el paraderos de Érica Alvarado Rivera, de 26 años, Alex, de 22, y José Ángel, de 21, culminó el jueves cuando se confirmó que los cadáveres encontrados un día antes en Matamoros pertenecían a los hermanos que llevaban desaparecidos poco más de dos semanas.
Todos habían viajado al poblado de Control, en Tamaulipas, para visitar a su padre, Pedro Alvarado. Fue precisamente el progenitor quien tuvo la difícil tarea de identificar los restos en avanzado estado de descomposición en la morgue de Matamoros.
Agentes del FBI y personal del cuerpo consular de Estados Unidos lo acompañaron durante el proceso.
Un cuarto cuerpo hallado pertenece a José Guadalupe Castañeda, novio de Érica que residía en México. Los cadáveres estaban quemados y tenían impactos de bala, se informó.
Mientras, ahogada en llanto la madre digería la difícil noticia que confirmaba el deceso de su prole. Infructuosamente, familiares y amigos trataban de brindarle consuelo a la mujer.