El estado de Nueva York realizará su propia revisión de cualquier vacuna contra el COVID-19 aprobada por el Gobierno federal antes de inmunizar a los residentes, además de que se priorizará quién recibe la dosis primero, detalló el jueves el gobernador Andrew Cuomo.
Cuomo puso en duda cualquier decisión sobre vacunas que tome la administración de Trump en medio de la campaña presidencial.
"Con franqueza no confiaré en la opinión del Gobierno federal y no voy a recomendar a los neoyorquinos (que se vacunen) teniendo como base la opinión del Gobierno federal", dijo Cuomo durante una conferencia de prensa en Manhattan.
El mandatario señaló que integrará un equipo de expertos para revisar cualquier aprobación federal de una vacuna y luego decidiría cómo se distribuiría la dosis que se considere segura.
"Deberíamos ser el programa de vacunación modelo en el país", dijo Cuomo, al referirse al objetivo de su administración para convertir a Nueva York en el primer estado de la nación libre de COVID.
Sin embargo, el proceso puede resultar oneroso. Se espera que la vacuna venga en dos inyecciones, lo que significaría suministrar 40 millones de dosis a 19.5 millones de residentes. Además, está previsto que se requiera que la vacuna se almacene a menos 80 grados Celsius.
Pero Cuomo no podrá establecer un cronograma para la revisión estatal hasta que el Gobierno federal apruebe cualquier vacuna. A partir de ese punto, el estado desarrollará un plan que priorizaría las vacunas en función de quién las necesita primero, como los pacientes con problemas preexistentes y los socorristas.
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El estado también tendría que desarrollar una red de distribución con base en las instituciones certificadas, además de definir cómo se pagaría.
Cuomo prometió que tales decisiones no se tomarán en base a la política, sino “como un asunto de salud pública".
