HOUSTON - Un cirujano de Texas enfrenta graves acusaciones por presuntamente haber manipulado la base de datos nacional de trasplantes para hacer inelegibles a pacientes de recibir órganos que les salvarían la vida.
El doctor identificado como, Steve Byron, habría alterado la base de datos de la Red Unida para Compartir Órganos (UNOS por sus siglas en inglés) para hacer inelegibles a sus propios pacientes de recibir órganos que les salvarían su vida.
Según el portal digital del Memorial Herman, Byron comenzó a trabajar en 2011 para desempeñarse como directo de la División de Inmunología y Trasplantas de Órganos, además de ser miembro afiliado del Memorial Hermann-Texas Medical Center.
La denuncia surgió luego de que el Hospital Memorial Hermann anunciara sorpresivamente la suspensión temporal de sus programas de trasplante de hígado y riñón, citando un "patrón de irregularidades" en los criterios de aceptación de donantes, como la edad y el peso de los pacientes.
El programa de trasplante de hígado de este centro médico es uno de los más bajos en realizar cirugias en Texas, realizando solo 29 trasplantes al año, una cifra llamativamente baja en comparación con otras instituciones de la región.
Ante las graves acusaciones de que el médico estaría haciendo cambios ilegales en la base de datos nacional para excluir a sus pacientes de recibir órganos, el Hospital Memorial Hermann emitió un comunicado confirmando su investigación sobre estas presuntas "irregularidades".
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La institución aseguró tomar "muy en serio" su compromiso con la seguridad de los pacientes y cooperar plenamente con las agencias reguladoras, al tiempo que trabaja para brindar la atención y apoyo necesarios a las familias afectadas durante este turbulento proceso.
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"Durante las últimas dos semanas, hemos estado trabajando activamente con todos los pacientes, familias y cuidadores afectados de los programas de trasplante de hígado y riñón, luego de la difícil decisión de desactivar voluntariamente ambos programas" dijo el hospital.
La gravedad del caso no pasó desapercibida por el Departamento de Salud y Servicios Humanos, la institución reconoció la gravedad de la denuncia y reafirmaron su compromiso de proteger la seguridad de los pacientes y el acceso equitativo a los servicios de trasplante de órganos en todo el país.
"Nos tomamos muy en serio esta acusación y estamos trabajando arduamente en todo el Departamento para abordar este asunto con la atención que merece", expresó un portavoz, advirtiendo que se perseguirán "todas las acciones de cumplimiento y aplicación de la ley disponibles" para proteger la integridad del sistema nacional de adquisición y trasplante de órganos.
En ese sentido, la dependencia anunció el despliegue inmediato de personal de la Administración de Recursos y Servicios de Salud y de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid en las instalaciones del hospital para investigar a fondo las denuncias de esta presunta manipulación que podría haber puesto en riesgo vidas humanas al privar a los pacientes de acceder a trasplantes.
Esta crisis al interior del programa de trasplantes en el Hospital Memorial Hermann ha obligado a los centros médicos de la región a reforzar sus capacidades para atender a los pacientes afectados.
El hospital Houston Methodist, que cuenta con uno de los programas de trasplante más grandes del país, se apresuró a ofrecer su apoyo y a asegurar que tienen "la capacidad para atender pacientes adicionales" que requieran con urgencia trasplantes de riñón o de hígado.
"Actualmente tenemos 1,244 pacientes en espera de un trasplante de riñón y estamos comprometidos a brindar una transición sin contratiempos para los pacientes adicionales en el proceso de obtener un riñón de donante vivo", señaló la institución, agregando que también han recibido llamadas de pacientes de hígado y están "trabajando activamente" para integrarlos a su programa.
Mientras las autoridades avanzan en la investigación, el escándalo ha generado indignación en la comunidad médica y entre grupos defensores del paciente, quienes exigen una investigación exhaustiva y medidas contundentes contra esta práctica abusiva que atentó contra el sagrado principio de salvar la mayor cantidad de vidas posibles a través de las donaciones de órganos.
"Es verdaderamente repugnante que un profesional de la salud pudiera haber manipulado deliberadamente el sistema para bloquear el acceso de sus pacientes a trasplantes que podrían salvarles la vida", dijo Amy Listerman, directora de la Coalición de Pacientes por Trasplantes Equitativos.
"De confirmarse estos hechos, estaríamos ante un crimen atroz que socavaría la confianza pública en todo el proceso de donación y trasplante de órganos", añadió.
En ese sentido, diversos expertos han advertido sobre las nefastas consecuencias que un caso como este podría tener al desincentivar las donaciones voluntarias de órganos, vitales para cientos de miles de pacientes en lista de espera a lo largo y ancho del país.
"Situaciones tan lamentables como esta siembran desconfianza en las personas y familias dispuestas a convertirse en donantes, lo cual podría tener un impacto catastrófico en un sistema que se sustenta en la solidaridad humana", advirtió la doctora Karen Manafort, directora del programa de trasplantes en el Centro Médico de la Universidad de California en Los Ángeles.
Aunque los hechos aún deben ser cabalmente esclarecidos por las autoridades, el escándalo ha puesto en la mira pública un tema de profundas implicaciones éticas y un cuestionamiento a los mecanismos de control y transparencia en la asignación justa y equitativa de los preciados órganos disponibles para trasplante.
El hospital realiza una investigación de manera interna y dijeron estar cooperando con las autoridades reguladoras en la investigación.
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