A un año del asesinato de Lesandro Guzmán Feliz “Junior” en El Bronx

NUEVA YORK – Hace justo un año, el 20 de junio del 2018, el joven Lesandro Guzmán Feliz, de apenas 15 años y mejor conocido como Junior, salió de su apartamento en El Bronx sin imaginarse que una desgarradora muerte le esperaba a la vuelta de la esquina.

El atroz crimen fue llevado a cabo por un grupo de viles pandilleros de la banda “Trinitarios”, los cuales asecharon a Guzmán Feliz, lo persiguieron hasta una bodega donde el joven buscó refugio y lo sacaron como un animal al matadero para propinarle un sinnúmero de puñaladas y machetazos; uno de estos, precisamente en el cuello, le habría costado la vida a Junior, según el informó el médico forense en su informe.

Lesandro Guzmán emboscado apuñalado frente a una bodega ubicada en la esquina de la calle E. 183 St. y Bathgate Avenue, en el sector de Belmont, en El Bronx.

Se espera que familiares y amigos realicen una misa este jueves en memoria de Junior en la Iglesia Santa Carmela de El Bronx, y luego marcharían hacia la bodega para exigir que todos los involucrados en el caso reciban todo el peso de la ley.

El crimen no solo acaparó la atención a nivel nacional, sino que también unificó a la comunidad neoyorquina, en especial el condado de El Bronx.

Testigos en la escena difundieron el sangriento hecho en las redes sociales en clamor de justicia a solo minutos del ataque contra el adolescente, el cual pertenecía a un programa especial de la Policía de Nueva York. El NYPD dio apertura a una beca en honor a Junior tras su muerte.

La Oficina del Fiscal de Distrito de El Bronx acusa en total a 14 presuntos pandilleros. De estos, cinco fueron encontrados culpables de asesinato en primer grado durante el juicio inicial por su participación directa en el asesinato.

El primero en ser declarado culpable de asesinato en primer grado, asesinato en segundo grado, conspiración y agresión en pandilla fue Jonaiki Martínez Estrella.

Estrella fue quien clavó el cuchillo en el cuello de Junior, según la investigación de las fuerzas del orden. 

Los otros cuatro principales acusados en el asesinato de Lesandro “Junior” Guzmán también fueron declarados culpables de asesinato en primer grado, conspiración y agresión en pandilla.

Estos son: Manuel Rivera alias "Relambío", Elvin García alias “Rabia", José Muñiz alias “Canelito”, Jonaiki Martínez Estrella alias “Pío” y Antonio Rodríguez Hernández Santiago alias “Huerfanito”.

La sentencia se impondrá el martes de 16 de julio.

Antes de que comenzaran las deliberaciones, el juez les dijo a los miembros del jurado que podían deliberar sobre los cinco acusados en juicio por separado y devolver veredictos individuales o esperar para devolver los veredictos de los cinco a la vez. 

"Junior vino a simbolizar a todos los jóvenes que han perdido la vida por la brutal violencia de pandillas", dijo la fiscal de distrito de El Bronx, Darcel Clark. "El veredicto de hoy fortalece la posición de la comunidad de El Bronx contra la violencia".

El veredicto fue emitido a solo seis días del aniversario de la muerte de Junior, el 14 de junio del presente año.

Los otros nueve acusados enfrentarán un juicio por separado que está pautado para el mes de julio.

TENSIÓN, INDIGNACIÓN Y DOLOR DURANTE EL JUICIO

Una de las audiencias del juicio más estremecedora fue la del viernes 7 de junio, cuando la médico forense que practicó la autopsia reveló el suplicio que vivió el quinceañero en sus últimos minutos de vida.

Luego de que el juez Robert Neary advirtiera que las fotografías del lacerado cuerpo de Junior podrían resultar perturbadoras, los miembros del jurado observaron de cerca las heridas y los golpes infligidos por el grupo de presuntos pandilleros.

La forense Sophia Rodríguez dijo que la herida que mató al adolescente fue la que recibió en el cuello y que cortó la vena yugular. La médico declaró que la puñalada al cuello hizo que Junior se desangrara en cuestión de minutos.

Según la especialista, la incisión en el cuello del quinceañero era de casi dos pulgadas de ancho y cuatro pulgadas y media de profundidad. El arma blanca entró por el lado derecho del cuello y lo atravesó hasta salir por el lado izquierdo de su cara debajo de la quijada, afirmó la forense.

Rodríguez dijo que halló heridas en los músculos del cuello, la vena yugular, el tejido de la parte posterior de la boca y hasta en un hueso cerca de la espina dorsal.

Otro momento de tensión durante el juicio fue cuando el juez Neary le prohibió a la madre de Junior volver al juicio, luego de que gritara su indignación por el trato que obtuvo Michael Sosa Reyes al colaborar con la fiscalía para señalar a los acusados.

“Desde el principio al mundo entero se lo quiero expresar, que lo entiendan por favor. El niño está muerto y nadie me lo va a dar para atrás (sic)”, expresó Leandra con evidente enojo.

“Lo que temo es que sigan haciendo más acuerdos para dejar a más personas libres, porque ya Kevin Álvarez tiene tiempo servido. Este muchacho ya ni siquiera récord le va a quedar ni de ganguero ni de asesino (sic)”, añadió la madre.

Los abogados defensores de los acusados demandaron la anulación del juicio cuando Leandra gritó “mataste a mi hijo” durante la declaración de Sosa Reyes, pero el juez declinó la petición. En respuesta, la defensa pidió que se le prohibiera a la madre el acceso a la sala, algo que el magistrado sí consideró.

Durante esa audiencia trascendió que se habilitaría una sala para que la madre de Junior observe el juicio por medio de una cámara, lejos de los acusados y de los testigos.

PANDILLA ESTABA DE "CACERÍA" CUANDO MATÓ A JUNIOR

Otro momento revelador del juicio fue cuando el testigo de la fiscalía, Kevin Álvarez, se secó las lágrimas del rostro a la vez que describía lo que sucedió la noche de verano en la que el adolescente fue arrastrado del interior de una bodega para luego ser asesinado a punta de cuchillo y machete.

Durante su testimonio, Álvarez habló con su voz quebrada acerca de su membresía en la pandilla dominicana.

El testigo afirmó que solo había estado en la pandilla durante unos cuatro meses antes del asesinato de Junior. Álvarez aseguró que antes de ingresar a la banda, estuvo en el Ejército y asistió a la universidad un semestre. También que, a sabiendas de infringir la ley, se unió a la pandilla porque pensó que eran “geniales”.

La noche del asesinato de Guzmán Feliz, Álvarez dijo que entró a la bodega para persuadir al quinceañero de que saliera.

El testigo reiteró una y otra vez que Junior no era parte la célula Sunset de los Trinitarios y que trató de que el grupo lo dejara en paz.

Álvarez testificó que estaba conduciendo el auto de su madre esa noche cuando un total de cuatro vehículos perseguían a Guzmán Feliz porque la pandilla estaba de "cacería".

El testigo dijo que usó su auto para bloquear el escape de Guzmán Feliz y evitar que acudiera en busca de ayuda al cercano St. Barnabas Hospital tras ser apuñalado.

Guzmán Feliz se desplomó y murió fuera del hospital luego de correr tres cuadras en un desesperado intento por salvar su vida.

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