Llega de México a ser plomero y termina bailando ballet

“En México, alguien que baila ballet prácticamente dicen que es mujer, o posiblemente homosexual”, dijo sobre los prejuicios hacia esta disciplina, que no lograron detenerlo.

Andrés Serrano llegó de México a Estados Unidos en el año 2002, cuando comenzó a trabajar como plomero. Lo que no se imaginaba era que, poco después, se dedicaría a algo completamente distinto: al baile.

El hombre no vino con la intención de quedarse, sino que trataba de darle espacio a su pareja, con la que enfrentaba problemas. Su intención era ahorrar dinero y volver a México, donde dejó a dos hijos. Sin embargo, se quedó en Dallas, Texas, donde descubrió la pasión por el ballet.

Serrano, quien estudió administración de empresas en México y también es apasionado del dibujo, descubrió el baile en Estados Unidos.

“Recuerdo que en alguna ocasión fui a un club muy conocido. Me gustó una chica en el bar, fuimos a bailar, estábamos en el centro de la pista, y ella se dio cuenta de que no sabía bailar, y me dejó parado en el medio de la pista, y se fue. En ese momento decidí tomar clases”, narró.

Andrés comenzó bailando salsa, y a través de mentores, llegó al ballet.

“En México, alguien que baila ballet prácticamente dicen que es mujer, o posiblemente homosexual”, dijo sobre los prejuicios hacia esta disciplina, que no lograron detenerlo.

“He tenido la satisfacción de bailar en teatros importantes, teatros grandes, tener presentaciones ante mucha gente. Es un logro personal simplemente. Aunque me digan que no soy nadie en esto, para mí significa mucho, porque yo sé lo que me ha costado”, remató.

Y aunque tiene alegrías por su nueva vocación, admite que le duele estar lejos de sus hijos. “Me encantaría que mis hijos estuvieran en primera fila viéndome”, reflexionó.

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