NUEVA YORK - Las casas de subastas de Nueva York sacan su arsenal, los coleccionistas afilan los cuchillos y la burbuja del arte sigue desafiando sus límites. Comienza la temporada de pujas primaverales y las cifras son mareantes, con un Picasso y un Giacometti dispuestos a batir récords.
La ley de la oferta y la demanda se aplica sin titubeos en el mercado del arte: cada vez quedan menos cuadros disponibles y cada vez hay más fortunas, especialmente de los países árabes, dispuestas a pagar lo que sea por ellas.
El año 2013 fue el año de los récords. Un tríptico de Francis Bacon retratando a Lucian Freud superó los 142 millones de dólares y se convirtió en la obra más cara jamás subastada, mientras que "Balloon Dog (Orange)", vendido por 58.4 millones, hizo de Jeff Koons el artista vivo más cotizado.
En 2014, en cambio, las plusmarcas se las apuntaron las casas de subastas, especialmente Christie's, que facturó 7,700 millones de dólares en los 12 meses en todas sus sedes y batió el récord de dinero generado por una sola sesión al lograr 852.9 millones en la sesión de arte contemporáneo del 12 de noviembre, algo totalmente inédito.
En 2015 Christie's se ha propuesto hacer doblete. Por un lado, su sesión "Looking forward to the past" parece haber sido diseñada para romper los récords en cuestión de piezas individuales con dos joyas de la corona: "Les femmes d'Alger (Version 'O')", de Pablo Picasso, y "L'homme au doigt", de Alberto Giacometti.
La pintura del artista español aspira a superar el 11 de mayo al tríptico de Bacon y desde Christie's la han tasado en 140 millones de dólares, que con impuestos superaría al actual récord.
Repite el esquema de un artista homenajeando a otro artista (esta vez Picasso reinterpreta a Delacroix) y resume en sí mismo el devenir de la burbuja del arte: en 1997 se subastó por 32 millones de dólares.
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La escultura del suizo quiere convertirse en la más cara jamás subastada en una categoría en la que Giacometti compite consigo mismo. Valorada en 130 millones de dólares, está destinada a superar a "L'Homme qui marche I", del mismo autor, que alcanzó en 2010 los 104,3 millones de dólares en Londres.
La casa de subastas todavía se guarda cartuchos para la sesión de arte contemporáneo, el 13 de mayo, como un Freud de 50 millones, un Rothko de 45 millones, un Bacon de 42 millones y un Warhol y un Basquiat de 35 cada uno.
Con eso, las joyas, el Impresionismo y el arte moderno y otras sesiones de diversas herencias de millonarios estadounidenses intentará facturar todavía más dinero que en 2014.
Sotheby's, que el año pasado perdió fuelle y se quedó atrás con "solo" 6.000 millones de dólares facturados en 12 meses, para esta temporada de primavera no ha acabado de recuperar el tono que le llevó a subastar en 2013 un Warhol por más de 100 millones de dólares.
Inaugurará la tanda de subastas el martes, día 5, con su sesión de Impresionismo y arte moderno, que tiene todas las esperanzas puestas en "L'allée des Alyscamps", de Van Gogh, del que no ha trascendido el precio (lo que siempre es señal de cantidad multimillonaria), unos nenúfares de Monet de alrededor de 45 millones de dólares y "Femme au chignon dans un fauteuil", de Picasso, de 18 millones.
El 12 de mayo, en la de arte contemporáneo, ofrecerá "The Ring (Engagement)", de Roy Lichtenstein, que los especialistas cifran en 50 millones, un Rothko de 60 millones o un Jackson Pollock de 20.
La queja desde los amantes del arte por el tremendo empuje de las subastas sigue ahí: no es casualidad que el todavía cuadro más caro jamás vendido tenga, además de mucho valor artístico, grandes cualidades cuantitativas, pues era, como quien dice, una oferta de 3 por 1 y ocupaba mucho espacio.
Y preocupa, asimismo, el desplazamiento de las grandes colecciones de arte hacia Oriente Medio, especialmente a Catar, donde fueron a parar no solo el tríptico récord de Francis Bacon, sino también el récord en compra privada, "Nafea Faa Ipoipo (¿Cuándo te casarás?)", de Paul Gauguin, que fue adquirido por 300 millones de dólares.