Lo que debes saber
- Los usuarios del tren de la Ciudad de Nueva York podrían estar expuestos a una mala calidad del aire según un estudio de la escuela de medicina Groddman de la universidad de Nueva York.
- El informe dice que el aire que algunos pasajeros respiran se podría comparar con las partículas de incendios forestales o de la demolición de edificios.
- Los investigadores midieron muestras de calidad del aire en 71 estaciones de tren, durante las horas pico de la mañana y la tarde, en Boston, la Ciudad de Nueva York, Filadelfia y Washington, DC. Dos estaciones en la Gran Manzana tuvieron la mayor contaminación.
NUEVA YORK – Los usuarios del tren de la Ciudad de Nueva York podrían estar expuestos a una mala calidad del aire según un estudio de la escuela de medicina Groddman de la universidad de Nueva York. Y es que el estudio dice que el sistema de trenes de la Gran Manzana expone a los usuarios a respirar mas contaminantes que cualquier otro sistema de trenes en el Noreste de Estados Unidos.
El estudio encontró que a diario los millones de usuarios del tren se estarían encontrando con contaminantes que ponen en riesgo su salud. El informe dice que el aire que algunos pasajeros respiran se podría comparar con las partículas de incendios forestales o de la demolición de edificios.
Los investigadores midieron muestras de calidad del aire en 71 estaciones de tren, durante las horas pico de la mañana y la tarde, en Boston, la Ciudad de Nueva York, Filadelfia y Washington, DC. El grupo encontró en las 13 estaciones subterráneas que hicieron parte del estudio en la Gran Manzana concentraciones de metales peligrosos y partículas orgánicas que oscilaron entre dos y siete veces la de las muestras de aire exterior.
En la Ciudad de Nueva York las estaciones con mayor contaminación fueron las de la Christopher Street en la línea F ubicada en la segunda avenida y la del PATH en Christopher Street, que conecta Nueva Jersey y Manhattan, que alcanzó hasta 77 veces la concentración típica de sustancias potencialmente peligrosas.
“Como usuarios de uno de los sistemas de metro más concurridos y aparentemente más sucios del país, los neoyorquinos en particular deberían estar preocupados por las toxinas que inhalan mientras esperan la llegada de los trenes”, agrega el coautor principal del estudio, Terry Gordon, PhD, profesor en el Departamento de Medicina Ambiental de NYU Grossman.
La calidad del aire también se midió en otras 58 estaciones durante las horas pico en Boston, Filadelfia y Washington. Si bien las lecturas de ninguna estación alcanzaron los niveles severos de contaminación observados en las peores líneas de tránsito de la Ciudad de Nueva York, las estaciones de metro subterráneo dentro de cada una de estas ciudades aún mostraban al menos el doble de concentraciones de partículas en el aire que sus respectivas muestras externas en las horas pico de la mañana y la tarde.
Noticias
“Nuestros hallazgos se suman a la evidencia de que los trenes subterráneos exponen a millones de viajeros y empleados del transporte público a contaminantes del aire a niveles que se sabe que presentan serios riesgos para la salud con el tiempo”, dice el autor principal del estudio, David Luglio, estudiante de doctorado en NYU Grossman.
Un análisis más detallado de las muestras de aire mostró que el hierro y el carbono orgánico, una sustancia química producida por la descomposición incompleta de los combustibles fósiles o de plantas y animales en descomposición, componían tres cuartas partes de los contaminantes encontrados en las muestras de aire subterráneas para todas las estaciones de metro medidas. Aunque el hierro no es en gran parte tóxico, algunas formas de carbono orgánico se han relacionado con un mayor riesgo de asma, cáncer de pulmón y enfermedades cardíacas, dicen los autores del estudio. Gordon señala que se necesita más investigación para evaluar un riesgo potencialmente mayor para los trabajadores del transporte público que pasan períodos de tiempo mucho más largos en las estaciones.
Algunas posibles fuentes que podrían crear los contaminantes son los gases de escape emitidos por las locomotoras de mantenimiento diesel, el polvo de los restos de roedores muertos y la mala ventilación.