Como se había predicho, Nueva York se enfrenta a otro pico en los casos de COVID-19 tras el fin de semana festivo de Acción de Gracias, al igual que la gran mayoría de otros estados de la nación.
Si bien el promedio móvil de siete días de casos nuevos todavía está muy por debajo de la tasa de infección observada en la primavera, los datos del Departamento de Salud muestran un pequeño aumento en las pruebas positivas de COVID-19 en todo el estado, lo que llevó al gobernador Andrew Cuomo a implementar planes de emergencia en la red de hospitales del estado.
Cuomo señaló que ciertas regiones del estado podrían ver un cierre total si la tasa de hospitalizaciones se dispara.
"Estamos preocupados de que el sistema de hospitales se vea abrumado de nuevo si esas cifras continúan en aumento", dijo Cuomo a los periodistas.
En prevención de una nueva crisis, las clínica de las regiones afectadas pondrían en pausa las cirugías electivas y pedirán a los profesionales médicos jubilados que se reactiven en los hospitales con poco personal. Además, el estado distribuiría de forma equitativa a los pacientes con COVID-19 en todos los hospitales estatales para evitar abrumar a una sola instalación, como ocurrió en la primera ola.
“No podemos repetir la pesadilla de los hospitales abrumados. Si una clínica se ve abrumada, entonces habrá una investigación estatal",advirtió el mandatario.
Además, los hospitales temporales serían el recurso alternativo en caso de que el estado alcance cifras similares a las de la primavera.