Un perro abandonado tras una de las erupciones del volcán Calbuco la semana pasada en Chile fue adoptado por el ejército chileno.
El can, llamado originalmente "Rambo", fue rebautizado como "Ceniza" por el soldado que lo encontró, en alusión a la capa de cenizas volcánicas que cubrió el área tras la erupción.
El soldado Carlos Krause dijo que cuando lo halló, el perro estaba "buscando cariño" y se unió a varios militares que trabajaban en la ciudad de Ensenada, muy afectada por el volcán.
Krause expresó que el perro se les acercó mientras brindaban asistencia a los sobrevivientes en la zona y que era visto como un embajador, a la vez que lograba que la gente se abriera más y viera su problema y la evacuación desde otra perspectiva.
El Calbuco se encuentra a unas 620 millas al sur de Santiago.
La semana pasada tuvo dos erupciones, después de haber estado inactivo durante décadas.
Su renovada actividad lanzó cenizas y humo al cielo, provocando evacuaciones en ciudades como Ensenada e inconvenientes en otros lugares, como Puerto Montt, así como localidades en la vecina Argentina.