Durante más de dos años, una entidad federal de Estados Unidos infiltró secretamente el movimiento del hip-hop en Cuba y reclutó sin su consentimiento a varios raperos para promover un movimiento juvenil en contra el gobierno de la isla, según documentos obtenidos por The Associated Press.
La idea era usar a los músicos cubanos para "romper con el bloqueo informativo" de la isla y crear una red de jóvenes que buscaran un "cambio social", según muestran los documentos. Pero la operación se ejecutó con poco profesionalismo y fracasó estruendosamente.
Al menos en seis ocasiones, las autoridades cubanas detuvieron o interrogaron a personas que estaban involucradas en el programa. También les confiscaron equipos de computación que, en algunos casos, contenían información que puso en peligro a ciudadanos cubanos que no sabían que habían sido involucrados en una operación clandestina de una entidad norteamericana.
A pesar de esos riesgos, los contratistas de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) continuaron arriesgándose y poniendo en peligro a quienes habían reclutado, según la investigación de The Associated Press.
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El programa también terminó perjudicando a la activa comunidad hip-hop de la isla, cuyas líricas populares criticaban abiertamente al gobierno de Cuba como pocos lo han hecho desde que Fidel Castro llegó al poder en enero de 1959. Algunos de los artistas, que los contratistas de USAID trataron de promover, salieron del país o dejaron de presentarse por presión del gobierno cubano. Adicionalmente, uno de los festivales más populares de música independiente de la isla fue tomado por las autoridades luego que funcionarios descubrieran que había sido vinculado, sin su consentimiento, con USAID.
El programa fue concebido y diseñado en documentos que involucran a la firma Creative Associates International de Washington DC, que pagó millones de dólares a varios contratistas para socavar al gobierno comunista de Cuba. Entre las labores asignadas, examinadas por la AP en previas investigaciones, estuvo la creación una red social llamada ZunZuneo, conocida como el `Twitter cubano', y el envío a la isla de jóvenes inexpertos provenientes de algunos países latinoamericanos, para que reclutaran activistas.
"Cualquier afirmación de que nuestro trabajo es secreto o encubierto simplemente es falso", dijo USAID en un comunicado el miércoles. Sus programas estaban orientados a fortalecer a la sociedad civil "a menudo en lugares donde la participación ciudadana es oprimida y donde las personas son acosadas, arrestadas, sometidas a lesiones físicas o peor".
Al principio, la infiltración de artistas hip-hop fue ejecutada en Cuba por el contratista serbio Rajko Bozic. Su proyecto se inspiró en una serie de conciertos protesta que hacían parte del movimiento estudiantil que ayudó a derrocar al ex presidente serbio Slobodan Milosevic en 2000. Nueve años después, Bozic manejaba las relaciones públicas de un festival anual de música llamado EXIT, que se originó a iniciativa de esos jóvenes.
La misión de los contratistas era la de reclutar a decenas de músicos cubanos para proyectos, disfrazados de actividades culturales pero que, en realidad, tenían como propósito darles visibilidad a estos artistas y avivar a sus fans para que desafiaran al gobierno de la isla.
El serbio se centró rápidamente en Los Aldeanos, un grupo de hip-hop frustrado por la presión oficial y muy respetado por la juventud cubana por las letras de sus canciones, duras y directas.
"El pueblo marcha ciego, credibilidad no logras", decía una estrofa de una canción del grupo. "Dile al capitán que este barco hace tiempo que zozobra".
Creative Associates usó una compañía de fachada en Panamá y un banco en Liechtenstein para ocultar los rastros de los envíos de dinero en efectivo a Cuba, desde donde cientos de miles de dólares salieron para financiar un programa de televisión con Los Aldeanos, que fue distribuido en DVD para eludir la censura de la isla.
Fue cuando Juanes, la estrella de rock de Colombia, anunció que iba a celebrar un concierto en el corazón de La Habana en septiembre de 2009. Los gerentes de Creative Associates sostuvieron una reunión de estrategia de dos días para ver cómo convencer al afamado músico Juanes de que los dejara tocar en su presentación.
Nunca ocurrió pero Juanes agradeció públicamente a la banda después de su concierto y se tomó una foto con ellos. Los contratistas quedaron contentos pues creían que este tipo de apoyo público de una celebridad protegería a Los Aldeanos de la presión del estado cubano.
Pero un tiempo después, ese mismo mes, el carismático líder de la banda Los Aldeanos, Aldo Rodríguez, fue detenido por tener una computadora ilegalmente.
"Esta es una prueba perfecta para saber si ese vínculo nos protege o no", escribió el contratista Xavier Utset a sus colegas que estaban preocupados de que en la computadora hubiera información comprometedora. Utset manejaba el programa para Creative Associates desde sus oficinas en Costa Rica.
Al final, un familiar de Aldo telefoneó a Silvio Rodríguez, un cantante legendario de Nueva Trova cubana para solicitarle su ayuda. El, a su vez, llamó a un amigo en el Ministerio de Cultura, recordó en una entrevista con la AP en La Habana. Sin conocer el trasfondo, Rodríguez pidió que le devolvieran la computadora. "Mira, si hay algún problema, di que la computadora se la regalé yo".
"Evidentemente hizo lo que yo le dije", dijo Rodríguez. "Me sorprende completamente. Nunca me imaginé que pudiera existir (un programa así). Cuando a uno le revelan que uno podría estar en medio de una conspiración, uno se sorprende".
En algún momento de la operación, los contratistas hicieron contacto con una entidad del gobierno encargada de la educación sexual, dirigida por la hija de Raúl Castro, Mariela, para que formara parte del festival de música serbio EXIT, pese a que los organizadores de ese evento estaban manejando el programa anticastrista con los artistas del hip hop.
Uno de los contratistas comentó que sería "alucinante" trabajar con alguien de la familia del presidente.
Mariela Castro dijo a la AP que el instituto que ella dirige envío a dos representantes al evento pero que no crearon ningún tipo de alianza porque ese encuentro "no tenía nada que ver con nuestro trabajo".
Además, Creative pagó 15.000 dólares para financiar otro festival artístico y musical local que organiza la familia del famoso trovador Pablo Milanés, conocido por sus piezas de la Nueva Trova cubana y hombre cercano al gobierno. El objetivo secreto era sembrar "en la mente de los organizadores del festival ideas nuevas" y persuadirlos de que enviaran a su audiencia "mensajes de alto impacto", dice un reporte.
Suylen Milanés, hija de Pablo Milanés, dijo a la AP que funcionarios del gobierno se aparecieron un día antes de que comenzara el festival y le advirtieron que se estaba asociando con personajes poco deseables. Le mostraron lo que aseguraron eran copias de correos electrónicos de Bozic, y le señalaron que eran sospechosos, según ella. Su padre declinó comentar sobre el tema.
Claramente, los funcionarios cubanos sabían al menos parcialmente qué estaba pasando.
Bozic fue detenido al llegar a La Habana con equipos de computación, como una unidad de memoria que contenía información potencialmente incriminadora, lo que generó ansiedad entre los contratistas. El serbio acortó su viaje y a otros contratistas se les dijo que él no iba a regresar más a Cuba.
Poco después, las autoridades cubanas detuvieron a un fotógrafo que trabajaba con el productor Adrián Monzón, el único cubano en la isla que sabía que laboraba para Creative en el programa de infiltración del hip-hop, según documentos. Agentes de Seguridad del Estado interrogaron a Monzón, un productor y presentador de videos. Monzón les dijo a los encargados de USAID que a las autoridades cubanas les preocupaba Bozic y sospechaban que tuviera vínculos con la CIA.
Cuatro meses después, Los Aldeanos salieron de Cuba en su primer viaje fuera de la isla para actuar en el festival de música EXIT, en Serbia. Además, recibieron un entrenamiento en liderazgo con el objetivo de "enfocarlos un poco mejor en su papel como agentes de movilización social", escribió Utset, veterano en estas iniciativas realizadas en Cuba.
Monzón fue detenido de nuevo al regresar a La Habana en abril de 2011 y le confiscaron su computadora y una unidad de memoria. Cuando se las devolvieron, descubrió que los nombres de dos gerentes de Creative estaban en un documento.
"Esto será ahora una espada de Damocles en el cuello de un amish y pudiera tener consecuencias serias para él y su trabajo", escribió Utset, usando el nombre en código de Monzón.
Monzón no respondió a repetidas solicitudes para que hiciera comentarios. Aldo sólo le dijo a la AP: "mi conciencia está limpia".
En agosto de 2010, Los Aldeanos subieron al escenario en el Festival Rotilla, uno de los festivales independientes de música más importantes de la isla. Ante unas 15.000 personas el grupo criticó a funcionarios del gobierno llamándolos por su nombre y se burlaron de la policía.
"La policía, en vez de provocarme odio, me da lástima, porque son tan `comemierdas' que ni siquiera se dan cuenta de que son víctimas del sistema, viva Cuba libre", rapeó uno de los miembros de Los Aldeanos.
A los pocos meses, un contratista de USAID comentó a sus jefes que las autoridades cubanas dijeron que USAID habían infiltrado el festival, y que rápidamente tomaron control del mismo.
Al final, Los Aldeanos se mudaron al sur de la Florida tras quejarse de que el gobierno cubano les dificultaba trabajar en su propio país. Sus letras más recientes son menos radicales.
En sus impecables videos, Aldo juega con perros y niños y sólo hace alguna que otra referencia política mientras rapea sobre el quererse los unos a los otros y hacer del mundo un lugar mejor.