Cuba gana los juegos Centroamericanos

Los Juegos Centroamericanos y del Caribe concluidos hoy en Veracruz han dejado felices a todos porque mientras Cuba celebra haber ganado la justa, el resto de las naciones festeja que el certamen ha dejado de ser una pachanga con rueda de casino, el baile favorito de los cubanos.

Cuba ganó los juegos regionales con 123 medallas de oro, 66 de plata y 65 de bronce. En la isla destacan que los atletas del país sigan siendo los mejores de la región, pero en México, Colombia y Venezuela sacan cuentas, según las cuales en Maracaibo 1998 los caribeños ganaron con ventaja del 131 preseas de oro, en Cartagena 2006 triunfaron por 32 y ahora solo por ocho.
 
Es verdad que México por ser sede compitió en todo y tuvo la ventaja de ser local, pero eso no cambia una realidad; lo Juegos han dejado de estar divididos en dos bandos: Cuba y el resto.
 
Del 14 al 30 de noviembre en la justa transcurrida en Veracruz, Boca del Río, Xalapa, Tuxpan, Córdoba y Coatzacoalco se rompieron 56 plusmarcas regionales y 19 de las 32 naciones participantes conquistaron por lo menos una medalla de oro.
 
Los cubanos sentaron cátedra con la superioridad casi abusiva de sus equipos de remo, con actuación perfecta de 10 preseas de oro, de boxeo, ganador de nueve doradas 10 posibles, y marcaron pauta en el torneo de atletismo con 23 doradas, además de que se hicieron invictos de su presea de oro más preciada, la de béisbol.
 
Esas actuaciones, entre otras, decidieron el triunfo sobre los deportistas de México, quizás los mejores pagados del mundo de acuerdo con sus rendimientos, lo cual les permitió llegar en buena forma y arrasar en taekwondo y nado sincronizado, en éste último con un brillante desempeño de Nuria Diosdado.
 
La delgada y hermosa mexicana se llevó siete medallas de oro y fue la reina de los Juegos con una actuación parecida a la de la venezolana Andreína Pinto que conquistó seis preseas de oro en natación y se confirmó como una esperanza cierta de América Latina para los Juegos Olímpicos de Rio 2016.
 
Los Juegos tuvieron numerosas muestras de pundonor; el lanzador de martillo Roberto Sawyers ganó la primera medalla de Costa Rica en esa especialidad con una hernia discal, el mexicano Sergio Pedraza quedó cuarto en los 5.000 metros con una fractura de tibia, el guatemalteco Kevin Cordón ganó tres de oro en badminton sin haberse recuperado de una cirugía de rodilla y el mexicano José Luis Padilla conquistó un oro en equitación con 61 años de edad.
 
La vigésimo segunda versión de los Juegos Centroamericanos y del Caribe contó con un sistema de resultados de nivel olímpico. Eso y la alegría de los voluntarios y organizadores de segundo nivel palió la poca consideración a los medios en varias instalaciones, como consecuencia de una pobre logística.
 
La campeona mundial de triple salto Caterine Ibargüen, de Colombia, el subcampeón olímpico de caminata Erick Barrondo, de Guatemala, la medallista olímpica de taekwondo María Espinoza, de México, el monarca olímpico de esgrima Rubén Limardo, de Venezuela, y el campeón olímpico cubano de lucha Mijaín López lideraron el grupo figuras que se confirmaron como esperanzas olímpicas en una justa que lloró la ausencia de los velocistas jamaicanos.
 
Colombia y Venezuela renovaron su lucha por el tercer lugar; los colombianos vencieron, pero lo mejor fue que los deportistas de ambas naciones dejaron claro su crecimiento y anunciaron que en el 2018 estarán a la par de México con el objetivo de tratar de bajar del primer lugar a los extraordinarios deportistas cubanos.
 
La rivalidad entre Cuba, México, Colombia y Venezuela, quizás en condiciones muy parejas, será uno de los atractivos de la justa de Barranquilla en cuatro años, una fiesta que será un canto al hedonismo, según aseguró a Efe uno de los organizadores de la próxima justa regional.
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