Acusan policías de usar fuerza excesiva

WASHINGTON -- El fiscal general de EEUU., Eric Holder, divulgó el jueves el resultado de una investigación que acusa de ejercer un "uso de la fuerza excesivo" a la Policía de Cleveland, donde recientemente un agente mató a un niño negro de 12 años.

El Departamento de Justicia, del que Holder es titular, llegó a esa conclusión tras abrir en marzo de 2013 una investigación sobre derechos civiles y la actuación de ese cuerpo policial.

La indagación detectó "un uso innecesario y excesivo de fuerza letal, incluidos tiroteos y golpes en la cabeza con armas de impacto". La Policía de Cleveland, en Ohio, también fue acusada de "usos innecesario, excesivo o por venganza de fuerza menos letal, como Tasers (arma de electrochoque), spray químico y puños".

Asimismo, los investigadores descubrieron una utilización de "fuerza excesiva contra personas mentalmente enfermas o en crisis". La investigación concluyó que "los agentes de Cleveland no disponen de entrenamiento adecuado, orientación normativa, apoyo y supervisión".

"La responsabilidad y la legitimidad son esenciales para las comunidades que confían en sus departamentos de policía y, por consiguiente, para que haya una sincera colaboración entre la Policía y los ciudadanos a los que sirven", afirmó Holder en un comunicado divulgado por el Departamento de Justicia.

Holder abogó por aplicar medidas que "garanticen no sólo que los servicios policiales se prestan de forma constitucional, sino que promueven la seguridad pública, la seguridad de los agentes, la confianza, la colaboración, la transparencia y la legitimidad".

El cuerpo policial de Cleveland fue noticia el pasado 23 de noviembre, cuando un niño negro de 12 años murió en esa ciudad por los disparos de un policía que confundió la pistola de juguete que portaba el menor con un arma de verdad.

El suceso ocurrió el día anterior, cuando dos agentes acudieron a un parque de la ciudad por una llamada acerca de una persona que esgrimía un arma de fuego. La Policía atribuyó la muerte del pequeño Tamir E. Rice a la decisión "trágica" de un agente, que confundió una pistola de aire comprimido con una real.

Los resultados de la investigación del Departamento de Justicia se divulgaron en pleno debate sobre la relación de las fuerzas de seguridad y las minorías en Estados Unidos.

Esas conclusiones se publicaron también un día después de que un gran jurado del barrio neoyorquino de Staten Island decidiera no imputar al policía blanco Daniel Pantaleo, quien supuestamente causó la muerte del afroamericano Eric Garner mientras este era detenido. Garner, de 43 años, era asmático y murió el pasado 17 de julio por asfixia, según determinó la autopsia, luego de que Pantaleo le colocara el brazo alrededor del cuello y ejecutara una llave de estrangulamiento, acto que fue grabado por un transeúnte en vídeo.

El presidente de EE.UU., Barack Obama, anunció esta semana una serie de medidas para combatir la "creciente desconfianza" entre los departamentos de policía locales y las comunidades, especialmente las minorías, algo que consideró "un problema nacional".

El mandatario pedirá al Congreso invertir 263 millones de dólares a lo largo de tres años para varias medidas relacionadas con las policías locales, incluidos 75 millones para conseguir que unos 50,000 agentes más lleven cámaras incorporadas a su uniforme o su cuerpo, con el fin de grabar sus interacciones con civiles.

El anuncio se hizo tras los graves disturbios registrados la semana pasada en Ferguson, después de que un gran jurado decidiera no imputar al policía blanco Darren Wilson por la muerte del joven negro Michael Brown, quien iba desarmado. Wilson, de 28 años, tiroteó a Brown, de 18 años, luego de que el joven se robara una caja de cigarrillos en un supermercado de Ferguson, un suburbio de San Luis (Misuri), en circunstancias no aclaradas públicamente.

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