WASHINGTON - Estados Unidos aseguró este jueves que ha donado hasta ahora 200 millones de dosis de vacunas contra COVID-19 a más de 100 países de todo el mundo, menos de una quinta parte del total de 1,100 millones de dosis que ha prometido compartir con otras naciones en los próximos dos años.
La Casa Blanca y la Agencia Estadounidense para el Desarrollo (Usaid, en inglés) celebraron en un comunicado el hito, con el que, aseguraron, Estados Unidos avanza en su objetivo de ser "el arsenal de vacunas para el mundo" y de donar más dosis que ningún otro país.
"Estos 200 millones de dosis de vacunas contra COVID-19 han ayudado a traer salud y esperanza a millones de personas, pero nuestro trabajo está lejos de haber terminado", dijo en el comunicado la administradora de Usaid, Samantha Power.
"Para acabar con la pandemia, y prevenir la emergencia de nuevas variantes, así como de futuros brotes dentro de las fronteras de nuestra nación, debemos seguir haciendo nuestra parte para vacunar al mundo", añadió.
De esos 200 millones de dosis que ya se han distribuido, alrededor de 43 millones han ido a parar a países de Latinoamérica y el Caribe, según un recuento de la Americas Society y el Council of the Americas.
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Un cuarto de esas dosis, alrededor de 10.9 millones de unidades, han ido a parar a México, y también han recibido vacunas Colombia, Argentina, Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia, Honduras, Guatemala, El Salvador, Panamá, Costa Rica, Uruguay y Paraguay.
La República Dominicana es el único país del continente al que Estados Unidos ha prometido entregar vacunas pero al que todavía no han llegado dosis, de acuerdo con el citado recuento.
En total, Biden ha prometido comprar y repartir en todo el mundo unas 1,100 millones de dosis de distintas marcas entre este año y el siguiente, y ha pedido a otras potencias que hagan más para acelerar la vacunación en naciones en vías de desarrollo.
Con ese compromiso, Biden ha tratado de responder a las críticas de quienes alertaban de que la acumulación de dosis por parte de Estados Unidos ha repercutido en la incapacidad de otros países con menos recursos de conseguir las vacunas suficientes a corto plazo.
En septiembre, el secretario general de la ONU, António Guterres, denunció como una "obscenidad" y un fracaso ético la desigualdad entre los países ricos que han inmunizado ya a la mayoría de su población mientras más de un 90% de África espera aún su primera dosis.
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Guterres volvió a reclamar un "plan global de vacunación" que como mínimo doble la producción de vacunas y asegure que estas lleguen al 70% de la población mundial en la primera mitad de 2022.
Como respuesta, Biden anunció hace un mes la compra de 500 millones de dosis adicionales de la vacuna de Pfizer contra COVID-19 para donarlas a países de ingresos bajos y medios, lo que elevó a 1,100 el compromiso total de Estados Unidos de compartir dosis con otras naciones.