Obama da marcha atrás

En un esfuerzo por acallar un conflicto político, el presidente Barack Obama anunció el viernes que los empleadores religiosos no tendrán que abonar por el control de natalidad para sus empleados después de todo, según supo The Associated Press. El gobierno en cambio exigirá que las compañías de seguros sean las responsables directas de suministrar la anticoncepción gratuitamente. El brusco giro del presidente es un intento por satisfacer a ambos bandos en un debate profundamente delicado y, con mayor urgencia, poner fin a una pesadilla para la Casa Blanca en un año electoral. El líder de una organización católica y un grupo prominente de mujeres manifestaron su apoyo inicial a los cambios. Las mujeres seguirán teniendo acceso garantizado al control de natalidad sin copagos ni primas dondequiera que trabajen, una disposición de la ley de seguro de salud de Obama en que insistió en retener. Pero las universidades y hospitales religiosos que consideren la anticoncepción como una violación de su fe pueden negarse a cubrirla y las compañías de seguros tendrán que hacerlo. Altos funcionarios del gobierno confirmaron los detalles a la AP pero insistieron en permanecer en el anonimato antes del anuncio del presidente. Al mantener la anticoncepción gratuita para las empleadas de los lugares religiosos, aunque suministrando un medio distinto para hacerlo, la Casa Blanca no cede en el principio básico de la atención preventiva completa que es esencial para Obama.

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