Muere ex líder petrolero “La Quina”

MEXICO - Joaquín Hernández Galicia, controvertido ex líder del poderoso sindicato petrolero cuya detención bajo cargos de homicidio y acopio de armas hace más de dos décadas abrió un nuevo capítulo en la forma de hacer política en México, falleció el lunes. Tenía 91 años.

Dos de los hijos del ex líder sindical dijeron a medios mexicanos que Hernández Galicia falleció en un hospital en la ciudad norteña de Tampico tras permanecer internado varios días por problemas estomacales.

"A su edad avanzada ya no pudo aguantar", dijo Juan Manuel Hernández Correa, uno de los hijos, en declaraciones divulgadas por Milenio televisión.

Hernández Galicia, mejor conocido como "La Quina", fue dirigente del sindicato petrolero por tres décadas en las que alcanzó poder y riqueza, lo que para muchos fue resultado de prácticas clientelares y de corrupción.

Su poderío floreció y se apagó durante la primera época en que el país fue gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), al cual respaldó durante prácticamente toda su vida como líder sindical.

A principios de 1989 fue detenido por el gobierno del entonces recién elegido presidente Carlos Salinas de Gortari, acusado de homicidio y acopio de armas, en un movimiento que las autoridades de ese momento dijeron era contra la corrupción y la violencia.

Para analistas, sin embargo, esa detención fue una táctica para obtener legitimación ante un inicio de gobierno altamente cuestionado por la oposición y de paso ayudar a su imagen al ir contra alguien que era visto por varios como un reflejo de la corrupción.

Ese capítulo dio inicio a lo que desde entonces se conoce como un "Quinazo", en referencia al apodo de Hernández Galicia y a las prácticas de los gobiernos entrantes de hacer detenciones de personas que más allá de las acusaciones en su contra son interpretadas como mensajes que se envían a poderes corporativos que intenten confrontar al gobernante en turno.

René Torres Ruiz, académico y experto en ciencias políticas de la Universidad Iberoamericana, dijo a The Associated Press que el "Quinazo" se ha vuelto "parte ya del discurso, del argot popular en la política mexicana".

El "Quinazo", dijo, "queda como ese golpe de autoridad de un gobierno frente a la corrupción o a un personaje corrupto", pero que no necesariamente muestra la efectividad del estado de derecho, sino "más un acto de cobrarse cuentas o de tratar de eliminar del escenario político nacional a políticos que pudieran ser incómodos para el nuevo régimen".

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