Entre el dolor y el coraje, dicen adiós a 13 campesinos

Los hombres de campo fueron emboscados y asesinados en Oaxaca.

Las tierras parecen inmensas y suficientes para quienes ahí viven, pero la ambición fue tan grande que no les importó arrancarle la existencia a sus vecinos para apropiarse de ellas.

"Ellos se presentaron armados con rifles de alto poder, y algunos otros con escopetas", relata el comisariado Demetrio Aranda.

Según la versión oficial, los agresores eran cerca de 25 y, supuestamente, venían de la comunidad de San Lucas Ixcotepec y atacaron directamente a los habitantes de Santa María Ecatepec, entre quienes estaba Asunción Zárate, quien narró su pesadilla.

"Esto no se le llama matar, se llama una verdadera cobardía, nos cazaron como conejos, sin darnos chance de nada", lamenta Zárate.

Los sobrevivientes aguardaron a que los asesinos se retiraran y luego fueron hasta su comunidad a pedir ayuda.

Al llegar al lugar, que es una zona arbolada en la sierra de Oaxaca, los pobladores ya no pudieron hacer nada por auxiliar a sus familiares, 11 hombres y dos mujeres habían muerto en el terreno que durante años se habían disputado con los presuntos agresores.

Las autoridades acordonaron la zona y cerraron los accesos al pueblo enemigo para evitar un nuevo enfrentamiento.

"Es una zona donde el ejército está haciendo desaparición de plantíos", precisa el fiscal de Oaxaca, Rubén Vasconcelos.

Mientras, los colonos, identificados como indígenas chontales de la sierra, se abrazan y consuelan tratando de mitigar su pena.

"Nosotros lo que queremos es justicia, porque esto no se puede quedar así, hay viudas, hay niños huérfanos, mi hijo, su mujer, sus hijitos están chiquitos", clama Victoria Vargas, familiar de una de las víctimas.

Y esperan que esta situación se solucione, porque todos los que ahí habitan recuerdan que sus padres y sus abuelos también libraron la misma batalla.

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