Asesinato de Junior: Bodeguero rompe el silencio

Cruz dijo en una conferencia de prensa el viernes que sí trató de ayudar a Junior.

NUEVA YORK – Con lágrimas mojándole el rostro y con evidente dolor, Modesto Cruz, propietario de la bodega de El Bronx de la que fue arrastrado a su muerte el joven dominicano Lesandro Guzmán Feliz “Junior”, ofreció un emotivo mensaje a la familia del adolescente y a los residentes del vecindario que claman el cierre de su negocio y única fuente de ingresos.

Cruz dijo en una conferencia de prensa el viernes que sí trató de ayudar a Junior y que siente demasiado dolor por su asesinato a sangre fría. 

El bodeguero dijo que estaba "extremadamente asustado" y que no pudo hacer más que llamar al servicio de emergencia en al menos dos ocasiones, luego de que la pandilla entrara al negocio con cuchillos y machetes en mano esa medianoche del 20 de junio en el vecindario de Belmont.

"Me siento muy, muy mal. Recuerdo su cara. Estaba tan asustado", expresó Cruz con dolor. "Que Dios lo tenga en su santo seno". 

El comerciante explicó que inicialmente el joven dominicano saltó sobre el mostrador, algo que lo sorprendió y asustó, al creer que se trataba de un robo. Cruz empujó a Junior de forma defensiva, pero el adolescente volvió a subir al mostrador y gritó “me están siguiendo”.

Fue entonces cuando Cruz trató de ocultar a Junior bajo el mostrador, como se ve en un video de vigilancia; sin embargo, los presuntos agresores entraron al negocio, amenazaron al bodeguero y arrastraron al adolescente a la calle.

El bodeguero dijo que estaba confundido y atemorizado cuando los presuntos pandilleros le advirtieron “no te metas”.

Cruz, quien temía por su vida en ese momento, dijo que no pidió al adolescente que saliera de su negocio, como se divulgó en redes sociales. El comerciante habría indicado a Junior que el hospital se ubica a una cuadra de distancia de la bodega, desesperado porque presuntamente los paramédicos no llegaron de inmediato tras las llamadas al 911.

El comerciante dijo que, contrario a lo que se divulgó en redes sociales, él sí alertó al 911 y pasó al menos cuatro minutos hablando por teléfono mientras que el operador le hacía preguntas repetidamente.

Cruz insistió en que informó al operador que necesitaba de inmediato una ambulancia en la bodega. 

El adolescente corrió al Hospital St. Barnabas, pero colapsó en la acera frente a la clínica y murió desangrado.

“Es difícil pronunciar para mí lo que yo viví en ese momento. Fueron dos o tres minutitos pero fueron bien fuertes. Cuando el niño entra (…) yo no sé quién es hasta ese momento”, explicó.

Cruz dijo que es injusto que los residentes y funcionarios electos clamen el cierre de su negocio.

El abogado de Cruz lo describió como un “héroe” por hacer lo posible por ayudar a Junior, pese a ser amenazado por los presuntos agresores. 

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