NUEVA YORK - Un adolescente hondureño no solo tuvo el valor de narrar su terrible experiencia en un centro de detención por un año y medio tras ser deparado de sus padres, también le envió un mensaje contundente al presidente Donald Trump.
”Solo le pediría que se ponga en nuestros zapatos, a ver qué siente. A él no le gustaría que otros presidentes hicieran lo que él hace, agarrar a uno de sus hijos, quitárselo y depórtalo, eso no le gustaría y es lo que está haciendo con muchos padres. Son traumas para los niños”, dijo José Mata, quien ha vivido en carne propia el drama de cientos de niños traídos al estado y la ciudad de Nueva York.
Mata acudió al 26 de Federal Plaza, en donde se encuentran las oficinas del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), en el Bajo Manhattan, para orar y pedir a Dios que toque el “endurecido corazón” del presidente Trump y los funcionarios detrás de la crisis fronteriza y la separación de cerca de 2,000 menores de sus familias.
“Le pido a Dios que libere a todos esos inmigrantes, a todos los que están retenidos y le pido a Donald Trump que ya no siga haciendo eso, que no separe a las familias. Una familia es lo mejor que uno tiene en el mundo y que te lo arrebate otro ser humano eso es muy injusto”, dijo José con dolor, pero con terminación.
Mata admitió que teme no volver a reencontrarse con sus padres, por eso clama misericordia a la administración de Trump.
Para los defensores y organizaciones proinmigrantes, el que Trump firmara la orden ejecutiva para suspender la separación de familias no soluciona la crisis de los cientos de niños separados de sus padres.
” ¿Cuándo van a hacer la unificación de esas familias? Tiene que ser ya, ahora, en estos momentos, tratar de localizar dónde están los padres y buscar que se reencuentren con los chicos y que salgan de esos centros donde están enjaulados como si fueran animalitos, en un zoológico”, expresó el padre Fabián Arias, quien ha albergado a varios menores migrantes en los últimos años.
El gobernador Andrew M. Cuomo estimó el jueves que unos 700 niños inmigrantes que fueron separados de sus padres en la frontera con México fueron traídos a Nueva York y albergados en al menos una decena de refugios en todo el estado.
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Esa cifra no fue brindada por gobierno federal, que se ha negado proveer a las oficinas de Cuomo y del alcalde Bill de Blasio la información precisa.
Ambos funcionarios dijeron que han recibido "información fragmentaria".
Inicialmente el gobernador calculó que unos 70 niños estaban en el área, pero luego el alcalde reveló que solo en un refugio de la ciudad había más de 200.
Desde entonces, varias instalaciones en el área metropolitana de Nueva York han confirmado que albergan a niños separados, incluido el Centro Cayuga de East Harlem, que desde la tarde del miércoles atiende a por lo menos a 239 niños.
