Lo que dijo la víctima del “Chapo” el día de su sentencia

"Soy un milagro de Dios, porque el señor Guzmán trató de matarme", declaró Andrea Vélez Fernández en la audiencia de sentencia del capo.

NUEVA YORK – El capítulo final del llamado “juicio del siglo” no podía ser sin el testimonio de Andrea Vélez Fernández, una las víctimas de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien también fue su socia y amiga, aunque más tarde se convirtió en informante del Gobierno de Estados Unidos.

Vélez reveló que el capo ordenó su secuestro y que intentó contratar por $1 millón a sicarios para que la asesinaran.

"Soy un milagro de Dios, porque el señor Guzmán trató de matarme", dijo Vélez con voz tajante, quien comenzó su contundente testimonio señalando que hablaba por miles de personas que fueron asesinadas o que sus vidas fueron destruidas por el narcotraficante.

"Cuando intenté dejar la organización, me dijeron que solo podía hacerlo de una manera: en una bolsa de plástico, con los pies primero. Perdí a mi familia, a mis amigos … Me convertí en una sombra sin nombre. Lo tenía todo, lo perdí todo, incluso mi identidad", expresó con la voz cortada.

La testigo primero fue asistente de Alex Cifuentes, la mano derecha de Guzmán en Colombia. Vélez se convirtió en pieza clave del Cartel de Sinaloa cuando “El Chapo” trató de sobornar con 10 millones de dólares a un alto mando de la milicia mexicana.

Vélez, que lideraba un anillo de prostitución en la Ciudad de México, tenía la orden de “complacer” al militar, quien le pisaba los talones el capo en 2008. A cambio, Guzmán le pagaría un millón de dólares, pero la exsocia del capo fracasó en su intento de corromper al general.

La fallida seducción desató la ira de Guzmán, por lo que ordenó el asesinato de Vélez, dijo Cifuentes en el estrado.

Las mujeres que trabajaban para Vélez servían como “anzuelo” para atraer altos funcionarios de la policía, del ejército y de la cúpula política mexicana. Y Guzmán se apropió de sus cuerpos y de sus vidas, al grado de monitorear sus conversaciones telefónicas y de vigilar cada uno de sus movimientos.

Vélez se hizo informante en 2012, según testificó el agente Stephen Marston del FBI en el estrado.

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