Iván Duque decreta toque de queda en Bogotá

El mandatario se refirió al orden público, pero no hizo mención de las reclamaciones de la ciudadanía.

COLOMBIA – El presidente Iván Duque y el alcalde de Bogotá decretaron el toque de queda un día después de la jornada de paro nacional en Colombia. Se reportan al menos tres personas muertas y centenares de heridos desde que empezaron las manifestaciones.

Los cacerolazos —una forma de protesta común en Chile, Argentina y Venezuela, pero no vista en Colombia— aún resuenan en varias ciudades del país en el momento más delicado del mandato de Duque.

El presidente se dirigió el viernes por la noche al indignado pueblo colombiano y se expresó sobre la huelga nacional que reunió a sindicatos, estudiantes, indígenas y opositores.

“Somos un Gobierno que escucha”, insistió Duque durante un discurso de apenas cuatro minutos.  “El Gobierno cree en el diálogo social”.

Se trata del único pronunciamiento que ha tenido desde el inició de la turbulencia social en Colombia.

Duque, en coordinación con el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, decretó el toque de queda para las localidades de Kennedy, Ciudad Bolívar y Bosa, a partir de las 8:00 p.m., y para toda la capital, a partir de las 9:00 p.m.

El discurso de Duque se centró más en el orden público que en las exigencias que hicieron el jueves los ciudadanos.

“Preservar el orden y la seguridad es fundamental, porque los 48 millones de colombianos tenemos ese derecho, y es nuestra obligación como Gobierno hacerlo respetar. El cumplimiento de las funciones del Estado y el respeto de nuestra Constitución jamás estarán sujetos al chantaje de los que llaman al odio y a la violencia entre los colombianos”, sentenció el mandatario.

Los grupos disidentes tiene un amplio abanico de denuncias y reclamaciones, entre ellas el rechazo a la reforma laboral, el incremento de la desigualdad, el incumplimiento del pacto con la extinta guerrilla de las FARC y la matanza de dirigentes sociales, indígenas y excombatientes que firmaron la paz.

Según las estimaciones de organizaciones independientes, en los últimos cuatro años ocurrieron más de 400 asesinatos de líderes sociales, defensores de medio ambiente, activistas y exguerrilleros de las FARC. 

La nación andina no vivía una jornada de paro general desde hacía 42 años, cuando sindicatos, profesores, trabajadores y estudiantes pusieron contras las cuerdas al gobierno de Alfonso López Michelsen.

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