NUEVA YORK — Un hombre, de origen dominicano y residente de Nueva York, viajó a su querida quisqueya con los planes de recibir el Año Nuevo junto a su familia, pero este y otros tres parientes nunca lograron ver el 2019.
Tras una noche de festejo, la víctima, Confesor Hiches Zapata, conocido como Robert, regresaba a casa junto a su familia, a eso de las 3:30 a.m., cuando fueron asesinados. El horrendo hecho ocurrió en la comunidad de Guerra, en el municipio de Santo Domingo Este.
Según Alex Torres, un familiar de las víctimas mortales, y residente de El Bronx, el vehículo que conducía Robert recibió alrededor de 80 tiros de bala.
Lo que no se esperaba Torres era de que su madre, de 55 años, la cual no había abrazado ni visto en nueve años, viajaba en ese automóvil.
Con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, Torres confesó que las celebraciones de fin de año ya nunca volverán a tener sentido para él y los afectados.
“Por lo menos darle el último adiós a mi mama, por lo menos…”, lloraba Torres.
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La esposa de Robert y su hija de 15 años estaban en el vehículo durante la masacre, pero afortunadamente se encuentran en condición estable.
Lo preocupante, según Torres y otros familiares, son las mentiras que han surgido a raíz del accidente.
“Algunos medios dicen que a [Robert] lo mataron por ajuste de cuenta… otros dicen que le encontraron drogas”, contó Torres.
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La familia asegura que la muerte de Robert no tiene nada que ver con los rumores que circulan la isla y más bien testifican que era una persona trabajadora y honesta.
“Nosotros queremos que agarren al que hizo esto y que él diga por qué”, exigió Torres, quien añora saber las razones detrás del asesinato.
