El vaporeo presume en NY, a pesar de las crecientes restricciones

NUEVA YORK — El pujante sector de los cigarrillos electrónicos muestra este jueves y viernes en una feria del barrio neoyorquino de Brooklyn su impulso, nuevos diseños y tendencias, mientras arrecian las críticas y leyes restrictivas contra este negocio.

En medio de una espesa nube de vapor y de profesionales del sector revoloteando entre los puestos, probando y escrutando los distintos artículos que se ofrecen, Nick, que trabaja en una tienda en New Paltz, asegura que entre los nuevos productos "este año, el CBD (cannabidiol) lo está petando".

Este componente de la marihuana, que para poder ser comercializado en Estados Unidos no puede tener más de un 0.3 % de tetrahidrocannabinol (THC), que es el principal componente psicoactivo del cannabis, es ofrecido casi como un producto milagroso, con efectos analgésicos y relajantes.

Con aceite de sabores para cigarrillos electrónicos, pero también en cuentagotas para su ingestión, en gominolas o cremas, el CBD es uno de los tres protagonistas de la feria.

La historia de la inmigración en Estados Unidos puede explicarse a través de decenas de medidas tomadas por el gobierno y el presidente a lo largo de las décadas. Estas son las más importantes.

Pierre Oudot, uno de los organizadores, confirma a Efe que aunque este producto ya apareció en la feria de 2018, es este año "cuando se ha convertido en una nueva moda. El año pasado empezó, pero este está reventando".

Un empleado de la empresa distribuidora de Nueva Jersey de productos de vaporeo Ultimate Product Distributors, Phil Maio, dice por su parte que solo en los últimos seis meses han triplicado las ventas de este producto.

Según Maio, esto se debe a las nuevas promesas de los gobernadores de su estado y de Nueva York, de legalizar el consumo de marihuana con fines recreativos ha alejado el estigma sobre los productos derivados del cannabis y la gente se ha lanzado a probar.

Otro de los productos de moda este año es la llamada "sal de nicotina", una mezcla de aceite para vaporear, nicotina y sales.

"Hace la nicotina más efectiva. Cuando fumas aceite normal, a veces, se necesita bastante tiempo hasta que la nicotina llega a tu cerebro (...) y con la sal, el producto es bastante más efectivo y rápido en llegar al cerebro y produce el efecto inmediatamente, como un cigarrillo", dice Oudot.

Junto a estos flamantes artículos, los cigarros electrónicos continúan siendo los verdaderos protagonistas con sus inagotables diseños, colores, sonidos y funciones, y todos los tamaños, desde aquellos tan voluminosos como una petaca, hasta los que no superan el tamaño de una memoria usb.

Tyler Eastman, de la empresa Smokin Vapor, vende orgulloso uno de los productos más demandados, "Mi Pod", un vaporeador del tamaño de una caja de cerillas, que se vende en diferentes colores y con una cadena para llevarlo prendido al cuello.

Para Eastman, el consumidor se ha vuelto más exigente con los años y ya no está tan preocupado por el tamaño del dispositivo o por la cantidad de humo que produce, sino que pide un producto ligero, discreto y de diseño.

Pero, mientras celebran con entusiasmo el crecimiento continuo de este mercado, muchos no despegan la mirada de los llamados a imponer medidas más restrictivas al uso y venta de estos productos.

El pasado enero, la Administración para la Alimentación y Fármacos de Estados Unidos alertó sobre el creciente consumo de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes.

Según esta organización la disponibilidad y la popularidad de los cigarrillos electrónicos, llevó a que entre 2017 y 2018 su uso en EE.UU. aumentara un 78 % entre estudiantes de secundaria y un 48 % entre alumnos de la escuela intermedia.

Es decir, el número de fumadores en esa franja de edad pasó de 1,5 millones a 3,6, lo que ha convertido el vaporeo en una "epidemia", según la administración de EE.UU.

Se reporta un incendio cerca del terminal de autobuses Port Authority.

Para intentar poner freno a su expansión, estados como Nueva York quieren agravar sus impuestos, han elevado la edad legal para comprar productos de tabaco y cigarrillos electrónicos de 18 a 21 años, han vetado su venta en farmacias y estudian prohibir los sabores para añadir a los vaporizadores.

En este sentido, la directora ejecutiva de la Asociación de Vaporeo de Nueva York, Cheryl Richter, critica estas medidas y rechaza que se prohíban los sabores "porque son el elemento más importante para evitar que los fumadores (de tabaco) se vuelvan a enganchar a los cigarrillos".

"Cuando haces la transición hacia los (aceites de) sabores, tu cerebro entiende que puede conseguir su nicotina y satisfacción con algo que sabe bien, es menos dañino, huele mucho mejor y sabe mucho mejor que los cigarrillos, y te mantiene más lejos de fumar", dice mientras sostiene un voluminoso vaporizador en la mano.

Cuando esta feria, reservada solo a profesionales, arrancó en 2017, unos 700 trabajadores del sector se acercaron a conocer sus productos. Dos años después, los visitantes se han doblado y sus organizadores esperan, vaporeando, que su número siga creciendo. 

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