Un estudio realizado por la Asociación Médica Estadounidense, concluyó que no existen vínculos entre la vacuna contra el sarampión y el autismo.
La extensa investigación, que incluyó a 95,000 niños, encontró que esta inmunización no tuvo efecto sobre los menores.
Tampoco tuvo efecto sobre aquellos niños con hermanos con la condición de autismo.
El resultado contradice la idea de algunos padres, que se niegan a vacunar a sus hijos, por temor de que vayan a desarrollar autismo.