Ruth Bader Ginsburg aparece tras tratamiento por tumor en el páncreas

La jueza progresista de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg, recientemente operada de un cáncer, afirmó este sábado que está en vías de recuperarse, durante una intervención en el Festival Nacional del Libro de la Biblioteca del Congreso en Washington.

"El público puede ver que estoy viva", dijo Ginsburg, de 86 años, riéndose, a lo que añadió: "Estoy en vías de ponerme muy bien".

La popular jueza subrayó que estará lista para reincorporarse a su puesto cuando la Corte inicie su próximo periodo de sesiones en octubre. Agregó que su trabajo es lo que le ha hecho seguir adelante, pese a que no es la primera vez que sufre un cáncer.

"Me encanta mi trabajo. Es el mejor trabajo y el más duro que he tenido. Me ha permitido superar cuatro episodios de cáncer", indicó la magistrada, quien destacó que su labor le ha hecho olvidarse de sus dolores.

El pasado 23 de agosto la Corte Suprema informó de que Ginsburg había recibido radiación por "un tumor maligno localizado" en el páncreas, del que había sido operada semanas anteriores.

Oficiales indicaron que la jurista había completado una serie de radiaciones, que se extendieron por tres semanas, luego de que se detectara un nuevo tumor en su páncreas.  

"El tumor fue tratado de forma definitiva y no hay evidencia de la enfermedad en otras partes del cuerpo", se indicó en un comunicado de la corte. 

A finales del 2018, la jueza se había sometido a una operación en la que le removieron nódulos malignos de sus pulmones. El descubrimiento de dichos nódulos fue accidental, mientras era tratada en el Hospital Universitario George Washington por una fractura de costillas.

Tanto en el 2018 como en esta ocasión, la jueza eligió recibir atención médica en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York.

Ginsburg lleva los últimos 25 años en el Supremo, donde en 1993 se convirtió en la segunda mujer de la historia que ocupa un puesto en esta corte, después de toda una carrera a favor de las causas feministas y los derechos civiles.

La salud de la magistrada, por su avanzada edad, tiene en vilo al país, especialmente a las filas progresistas, que temen que si Ginsburg abandona el Supremo, su sustituto sea elegido por el presidente, el republicano Donald Trump, para ampliar la ya mayoría conservadora de la corte más importante del país.

El presidente y la magistrada han mantenido una difícil relación después de que Ginsburg lo calificara de "farsante" antes de las elecciones de 2016, un comentario del que tuvo que retractarse y que provocó que Trump pidiera su dimisión.

El Supremo está compuesto por nueve jueces con puestos vitalicios, de los que actualmente cinco son conservadores y cuatro progresistas. Los magistrados son nombrados por el presidente y confirmados luego por el Senado, donde los republicanos tienen mayoría.

Trump ha nominado a dos jueces en menos de dos años, un ritmo poco habitual para elegir magistrados que suelen permanecer en el puesto durante décadas.

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