Policía: autor de matanza fabricó sus propias armas

Las autoridades dijeron que hacer un rifle casero no es ilegal y son imposibles de rastrear.

El individuo que mató a su esposa y a otras cuatro personas en el norte de California el 14 de noviembre encontró una forma sencilla de burlar la prohibición de comprar armas que tenía: Las fabricó en su propia casa.

Kevin Neal, de 44 años, tenía lo que las autoridades cree eran dos poderosos rifles que fabricó él mismo cuando abrió fuego contra casas, autos y una escuela primarias el martes cerca de la pequeña localidad donde vivía, Rancho Tehama Reserve. Un policía lo mató de un tiro.

Este es un nuevo episodio en el que se usan armas semiautomáticas de fabricación casera para matar gente y se produce en momentos en que las autoridades tratan de llamar la atención acerca de los peligros planteados por estas “armas fantasmas” imposibles de rastrear ya que no están registradas. En Baltimore, un hombre empleó un rifle tipo AR-15 fabricado en casa para matar cuatro policías en julio del 2016, antes de ser abatido por otros agentes.

En Estados Unidos es legal construir un arma en la casa o en un taller y es fácil conseguir instrucciones y las partes para hacerlo. Se pueden comprar legalmente kits de $450 a $1,000 en cientos de portales sin las revisiones de antecedentes típicas de cuando uno compra un arma en un negocio.

“Cuanto más restrictivas sean las leyes para la compra de armas, vamos a ver más gente que fabrica sus propias armas”, afirmó el subjefe de la policía del condado de Tehama Phil Johnston.

En el caso de Neal, se le había ordenado la entrega de todas sus armas este año luego de que agredió a dos mujeres que vivían cerca de su casa. Cuando fue arrestado, tenía consigo un rifle semiautomático Bushmaster AR-15.

La fabricación de armas caseras no es ilegal, pero su venta sí. Las autoridades federales, no obstante, dicen que hay un creciente mercado negro de pistolas y rifles semiautomáticos parecidos a los de los militares de fabricación casera.

Están surgiendo talleres en todo el país, y sobre todo en California, que tiene estrictas leyes para la adquisición de armas.

La clave para fabricar armas de fuego que no pueden ser rastreadas es el receptor inferior, un componente generalmente hecho de metal o de polímero. Es posible adquirir legalmente online un receptor que no ha sido terminado sin números de serie ni ningún otro tipo de registro, y sin necesidad de una licencia.

Construir un arma a partir de ese receptor es relativamente sencillo y toma unas pocas horas. Se emplea una cortadora de metales para hacer algunos agujeros en el receptor y generar una cavidad. Luego se ensambla el receptor con otras partes y se crea una pistola o rifle semiautomáticos.

Cada vez hay más delitos cometidos con armas fantasmas que son adquiridas por pandilleros y otros delincuentes. No se sabe cuántas armas de este tipo hay en circulación. En algunos casos la policía ni siquiera avisa al Buró de Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos en vista de que es imposible rastrearlas.

Cody Wilson, quien vende receptores sin terminar y partes para armas de fabricación casera online, dijo que siempre trata de asegurarse de que los compradores no son gente sospechosa y que nunca le vende a extranjeros.

Afirma que vende unos 175 juegos para construir armas al mes a unos $1,700 cada uno. Indicó que la mayoría de sus compradores son aficionados a las armas.

Los delincuentes, sin embargo, ven estas armas como una forma sencilla de burlar las leyes que les impiden comprar armas de fuego, según Paul Ware, abogado del Buró de Armas de Fuego.

“El receptor sin terminar sin duda es una forma de burlar las leyes porque la persona que tiene prohibido comprar armas no necesita presentar una identificación”, manifestó Ware. “Te envían todo a tu casa y construyes exactamente la misma arma que hubieras comprado en un negocio”.

Algunos talleres ilegales incluso construyen las armas y las venden terminadas online, según Ware.

Anthony Keeling tenía un taller de motocicletas en Riverside donde terminaba receptores y los vendía ilegalmente, de acuerdo con las autoridades. Keeling se declaró culpable este año y fue condenado a cuatro meses de cárcel.

En otro caso, un negocio trató de burlar los requisitos de licencias diciendo que fabricaba parrillas y entregaba un arma no registrada con cada compra, señaló Ware.

Contáctanos