Crisis diplomática tras supuestos comentarios de Trump

Las vulgares frases atribuidas al presidente de EEUU ofendieron a gran parte del mundo.

Los diplomáticos estadounidenses se dieron a la tarea el viernes de tratar de salvar los vínculos de su país con las naciones africanas y con Haití, e incluso la célebre “relación especial” con Gran Bretaña después de que el presidente Donald Trump, en cuestión de unas pocas horas, ofendió profundamente a gran parte del mundo con comentarios poco diplomáticos.

La descripción que hizo Trump de las naciones africanas como “países de mierda” y otros comentarios incendiarios se convirtieron en la última y quizás más clara prueba acerca de si la asociación global de Estados Unidos puede resistir el hablar por hablar de su presidente. Tanto en Washington como en capitales extranjeras lejanas, los funcionarios estadounidenses se movilizaron en modo de limpieza urgente.

Mientras los gobernantes de diversas partes del mundo calificaban los comentarios de racistas, los embajadores de Trump en Botsuana y Senegal fueron convocados para explicar sus palabras, así como lo fue el principal diplomático estadounidense en Haití, donde no hay un embajador de Estados Unidos, indicaron funcionarios del Departamento de Estado.

Además de la ofensa a los países africanos, Trump cuestionó durante una reunión con algunos legisladores el jueves por qué Estados Unidos querría admitir a más inmigrantes haitianos.

La Casa Blanca también vivía las secuelas de los comentarios del presidente. Miembros del personal hicieron apariciones en televisión en apoyo a Trump y se acercaron a los republicanos en el Capitolio para coordinar el control de daños.

El subsecretario de Estado Steve Goldstein, quien está a cargo de la diplomacia pública de Estados Unidos, dijo que Trump tiene el derecho de “hacer cualquier comentario que elija”, y señaló que ese era el beneficio de ser presidente. Indicó que no obstante los comentarios del mandatario, era obligación de los diplomáticos enviar el mensaje a otros países de que a Estados Unidos le importa “mucho la gente que está ahí”.

“¿Tendrán que trabajar mucho más para enviarlo hoy? Sí, lo tendrán que hacer, pero eso está bien”, explicó Goldstein. “Es parte de la responsabilidad que tienen. Eso no cambia lo que hacemos”, agregó.

Pero ¿cómo alguien - incluso un diplomático experimentado - le puede explicar a un dirigente extranjero por qué el presidente de Estados Unidos utilizaría un calificativo tan degradante para describir su país? ¿Qué podrían decir para que la relación continúe funcionando?

Los funcionarios del Departamento de Estado dijeron que aconsejaban a los diplomáticos que se prepararan para escuchar reproches y que se centraran en reconocer las preocupaciones de esos países.

En lugar de intentar interpretar o suavizar los comentarios de Trump, los diplomáticos fueron alentados a enfocarse en áreas específicas donde los dos países estuvieran cooperando - por ejemplo, el comercio - y que enfatizaran que esos aspectos tangibles de la relación trascienden cualquier cosa que el presidente diga o no, dijeron los funcionarios, quienes no estaban autorizados para hablar públicamente de las conversaciones por lo que hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato.

“Creo que solo debes de aceptarlo. Es casi imposible para los diplomáticos decir algo que pueda hacer sentir mejor al gobierno de cualquier país africano”, dijo Grant Harris, quien dirigía la política Africana en la Casa Blanca durante el mandato del Barack Obama. “Así que dices que el gobierno de Estados Unidos está comprometido en ser un fuerte socio y en que las acciones dicen más que las palabras”, añadió.

Lo mismo se podría decir que estaba en juego tras el comentario del presidente sobre el Reino Unido, quizá la relación bilateral más importante de Estados Unidos.

Ante la posibilidad de encarar protestas durante un viaje a Londres para inaugurar la nueva embajada de Estados Unidos, Trump canceló su visita y dijo en Twitter que era para protestar por el “mal acuerdo” que hizo el gobierno de Obama al adquirir el nuevo edificio sede. Lo cierto es que fue el presidente George W. Bush el que anunció que la embajada se movería debido a problemas de seguridad infranqueables en el viejo edificio.

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