NUEVA YORK — Miles de personas se reunieron el miércoles en Long Island, para expresar sus respetos por el detective Brian Simonsen, quien murió la semana pasada en el cumplimiento de su deber.
El agente de la Policía de Nueva York falleció el 12 de febrero luego de recibir un disparo mientras respondía a un robo en curso en una tienda de teléfonos celulares en Queens.
Kevin Maloney, el subjefe de la División de Investigación de la Fuerza de Nueva York, informó que Simonsen fue impactado una sola vez en el pecho por fuego amigo.
El funeral del héroe caído se llevará a cabo en la iglesia católica Saint Rosalie, en Hampton Bays, en Long Island. El velorio del oficial se realizó el lunes y el martes por la noche en la misma iglesia.
Simonsen, a quien le sobreviven su esposa y su madre, fue conocido desde la infancia como "Smiles" por su personalidad brillante y agradable, según sus colegas y amigos.
El detective creció en Long Island, y vivía en el poblado de Claverton, a más de una hora del precinto 102, en donde trabajó toda su carrera de 19 años en la policía de Nueva York.
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"No había una persona en el precinto 102 que no lo conociera, desde el encargado de la limpieza hasta el oficial de comando", dijo Terence Monahan, el jefe del Departamento de Policía de Nueva York.
"Era a quien llamabas si tenías un problema. No solo eran los policías quienes lo conocían bien, la comunidad, todos lo conocían, él era el policía al que te acercabas si necesitabas resolver un problema", añadió Monahan.
Dos sospechosos en el robo han sido acusados de asesinato en la muerte de Simonsen: Christopher Ransom, de 27 años, quien está acusado de apuntar con un arma falsa a los oficiales mientras exigía que llenaran una bolsa de dinero y teléfonos celulares; y Jagger Freeman, de 25 años, acusado de ser cómplice en el robo, según la denuncia.
Ambos hombres enfrentan cargos adicionales que incluyen robo y asalto.
