Padre no halla alivio a un año del asesinato de su hijo

A casi un año del atroz crimen, finalmente fue arrestado el presunto asesino de un adolescente salvadoreño.

NUEVA YORK - Mientras las familias de Long Island se preparaban para celebrar un cálido 4 de julio el año pasado, el adolescente salvadoreño Emilio Sánchez Maldonado estaba emocionado de iniciar un empleo de verano en la panadería en donde trabaja su padre; sin embargo, su anhelo de ahorrar para su educación se esfumó con su vida tras ser baleado en su propio hogar.

El padre de Sánchez Maldonado, de 17 años, culpó a la temida y sanguinaria pandilla MS-13 del horrendo asesinato. La familia aseguró que el menor era acosado para que se iniciara en el grupo criminal.

A casi un año del crimen, las autoridades anunciaron el arresto del sospechoso de balear a muerte a Emilio. 

Melquisedec Antonio Sánchez Hernández, de 17 años, fue arrestado la mañana del lunes en North Bellport bajo cargos de asesinato en segundo grado.

Sánchez Hernández admitió ser un miembro de la MS-13, según las autoridades. El acusado habría declarado que asesinó al jovencito porque tenía amigos afroamericanos, algo que le disgustó.  

"La verdad es que este individuo me dejó sin alegría en mi vida", dijo José Sánchez, padre de Emilio. 

“El único recuerdo de mi hijo que llevo en el corazón es que era un niño honesto, humilde, no andaba en nada malo y siempre fue bueno conmigo. Lo extraño, Dios lo tenga en su gloria", añadió. 

Ese 4 de julio, Sánchez, un residente de East Patchogue, se quedó esperando a su hijo en su lugar de trabajo sin imaginar la tragedia. 

El padre volvió a casa desesperado en busca de su hijo y lo que encontró fue su cadáver ensangrentado en el patio trasero de su casa.

“Él iba para fuera, todavía con los pies trabados en la bicicleta, en los pedales. Le pegaron un tiro en la cabeza”, expresó para entonces Sánchez aún conmocionado.

Los vecinos confundieron los disparos con fuegos artificiales.

El estudiante de secundaria migró de El Salvador a Long Island hace cuatro años huyendo de la violencia de pandillas, sin imaginar que en Long Island encontraría la muerte.

El adolescente soñaba con acudir a la universidad y continuar brillando en el fútbol, incluso unos días antes de su muerte había celebrado el campeonato de su equipo.

“Él quería trabajar, salir adelante. Soñaba en grande”, dijo para entonces su tío Naun Cruz.

Cruz comentó que el acusado tendría cargos criminales por asesinato en Virginia, otro enclave de la temida pandilla.

"Ya están con el corazón negro, ya no tienen sentimientos", dijo Cruz. 

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