NUEVA YORK - Varios niños de los casi 2,000 arrancados de sus familias en la frontera de Estados Unidos y México han sido reubicados en un refugio de Long Island, según un nuevo informe.
Newsday fue el primer medio en informar que al menos ocho niños han sido alojados en MercyFirst en Syosset y han permanecido allí durante aproximadamente un mes. MercyFirst es una organización sin fines de lucro patrocinada por Sisters of Mercy, según su página de Facebook.
"Los niños son muy resistentes, pero a un niño no le cuesta mucho comenzar a llorar y extrañar a su madre", dijo a Newsday el presidente y director general de la agencia, Gerard McCaffery.
McCaffery continuó diciendo a Newsday que los niños fueron trasladados a Long Island porque había camas disponibles, no porque tuvieran familia en el área. Agregó que los niños han mostrado signos de impacto emocional por la separación.
Cerca de 2,000 niños fueron separados de sus familias durante un período de seis semanas en abril y mayo después de que el Fiscal General Jeff Sessions anunciara la nueva política de "tolerancia cero" que se refiere a todos los casos de entrada ilegal para enjuiciamiento criminal. El procedimiento anterior tuvo un enjuiciamiento limitado para muchas personas que ingresaron con familiares, en parte debido a que las regulaciones prohíben detener a los niños con sus padres ya que los niños no son acusados de un delito y los padres sí lo están.
Las áreas de espera actuales han atraído una gran atención después de que periodistas obtuvieron acceso a un sitio el domingo. En un centro de detención de McAllen, Texas, cientos de niños inmigrantes esperan en una serie de jaulas creadas con cercas de metal. Una jaula tenía 20 niños adentro. Dispersos alrededor hay botellas de agua, bolsas de papas fritas y grandes láminas de aluminio destinadas a servir como mantas.
Una reproducción de audio de los niños sollozando llamando a sus padres dominó la discusión este lunes. "¡Papá, papá!" se escucha a un niño llorando en el archivo de audio que fue reportado por primera vez por la organización sin fines de lucro ProPublica y luego entregado a The Associated Press.
Los funcionarios de la administración de Trump dijeron que tampoco les gustan las separaciones familiares, catalogándolas como el resultado de lagunas legales, pero insisten en que los migrantes que lleguen ilegalmente simplemente no serán liberados o no dejados en libertad para darles seguimiento.
"Estados Unidos no será un campo de migrantes y no será una instalación de detención de refugiados", declaró Trump. "No bajo mi cuidado".
Local
El reverendo Franklin Graham, un antiguo aliado de Trump, calificó la política de "vergonzosa". La ex primera dama Laura Bush calificó la política de "cruel" e "inmoral".
