Cónsul dominicano en NYC cuestiona a nieto de Trujillo

NUEVA YORK – Ramfis Domínguez Trujillo, nieto del dictador Rafael Leónidas Trujillo, fue blanco de la enérgica crítica del cónsul dominicano Carlos Castillo durante una reunión con periodistas dominicanos en el Alto Manhattan.

El cónsul Castillo dijo que Domínguez Trujillo no tiene la “calidad moral” para aspirar a la presidencia de la República Dominicana.

“Yo no sé cómo una persona descendiente de aquel tirano que tanto daño le hizo a la patria dominicana tenga la calidad moral para venir a hablar de economía, de educación, de la garantía jurídica de los dominicanos”, expreso el diplomático.

Castillo llamó a la diáspora dominicana a rechazar las aspiraciones presidenciales de Domínguez Trujillo, porque, a su juicio, representa el regreso del Trujillismo a la Republica Dominicana.

Domínguez Trujillo declaró en una rueda de prensa que es partidario de que se construya un muro en la frontera entre República Dominicana y Haití, para frenar la inmigración desde la empobrecida nación.

Los detractores opinaron que las polémicas declaraciones podrían elevar los niveles de racismo entre dos pueblos hermanos.

“Tenemos el derecho de hacerlo”, expresó tajante Domínguez Trujillo durante una conferencia de prensa en el Alto Manhattan el jueves. “Y en ese sentido nosotros apoyamos la política de este país también”, añadió.

“La construcción de un muro de norte a sur para proteger a futuras generaciones de esa invasión”, expresó el aspirante presidencial entre los aplausos de los asistentes.

Desde el inició de 2018, la Dirección General de Migración repatrió 7,925 extranjeros indocumentados arrestados en decenas de operativos en diferentes sectores del país. Además, la agencia ha endurecido la aplicación de la Ley 285-04, que impide el ingreso al país de los extranjeros que llegan a los diferentes aeropuertos nacionales y que no llenan los requisitos necesarios para ser admitidos.

En los últimos años, las autoridades de inmigración de Quisqueya redoblaron la aplicación de sus leyes ante la llegada masiva de inmigrantes haitianos que buscan empleo y una vida digna. Domínguez Trujillo dijo que algunos aportan cortando la caña o en la industria de la construcción, pero otros “son capaces de matar a un dominicano para robarle”.

“Están desesperados”, sostuvo codo a codo con el concejal demócrata Rubén Díaz.

“Yo estoy de acuerdo con él en que cada país tiene el derecho ciudadano de defender sus fronteras”, expresó Díaz.

Pero los detractores del muro fronterizo en República Dominicana cuestionaron la propuesta, la cual podría avivar el racismo y la discriminación, dijeron.

“El que no tiene la capacidad de la creación tiene la vulgaridad de la imitación”, dijo Dagoberto López, un dirigente comunitario del Alto Manhattan.

Los resientes creen que la situación de Haití y Quisqueya no es un tema político y de soberanía, sino humanitario.

“Han hecho del tráfico de seres humanos un negocio”, sentenció Jorgelaine Morel, del Movimiento Popular Dominicano.

Domínguez Trujillo contiende por la presidencia sin contar aún con la autorización de la Junta Central Electoral.

Las declaraciones de Domínguez Trujillo recordaron, entre sus detractores, la “Masacre del Perejil”, ordenada por su abuelo Rafael Leónidas Trujillo en octubre de 1937. El dictador, quien se mantuvo en el poder por 31 años, ordenó a sus tropas la erradicación masiva de la población de origen haitiano que residía en el territorio dominicano, particularmente en las fincas agrícolas situadas a lo largo de la frontera entre Haití y Quisqueya.

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