Renuncian tras informe Bengasi

WASHINGTON - El ataque al consulado estadounidense de Bengasi se cobró este miércoles sus primeras víctimas políticas en el Departamento de Estado de Estados Unidos, con la dimisión de tres funcionarios, tras la revelación de un informe independiente que subraya los "graves fallos" en la gestión de la seguridad.

El informe, encargado por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, destaca además que debido el carácter temporal del edificio del consulado en Bengasi, "la misión estaba gravemente escasa de recursos respecto al necesario equipo de seguridad requerido".

Los funcionarios que presentaron su dimisión son Eric Boswell, secretario asistente para la Seguridad Diplomática y jefe de seguridad de las legaciones diplomáticas; y Charlene Lamb, secretaria adjunta responsable de la seguridad en las embajadas estadounidenses, según publican los medios estadounidenses.

Una tercera persona, empleada en la Oficina de Asuntos de Oriente Próximo del Departamento de Estadio, también habría renunciado, según confirmaron a la CNN fuentes del Gobierno.

En el asalto al consulado de Bengasi del pasado 11 de septiembre resultaron muertos el embajador de EE.UU. en Libia, Chris Stevens, y otros tres compatriotas.

Michael Mullen, un exjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, y el exdiplomático Thomas Pickering, autores de la investigación independiente, comparecieron hoy brevemente en la rueda de prensa del Departamento de Estado para explicar los detalles de la investigación.

"Los fallos sistémicos y las deficiencias en la gestión y liderazgo" provocaron que el nivel de seguridad fuese "inadecuado para el consulado de Bengasi y notablemente inadecuado para hacer frente al ataque que tuvo lugar", precisó el informe.

Por ello, recomienda, "el Departamento de Estado debería revisar urgentemente el balance adecuado entre el riesgo aceptable y las posibles consecuencias en áreas de alta amenaza y riesgo".

Tanto Mullen como Pickering participaron hoy en una audiencia a puerta cerrada en los comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes para explicar el resultado de la investigación.

Por el momento, sin embargo, el Departamento de Estado no ha querido confirmar oficialmente las dimisiones de los tres funcionarios.

Estas renuncias se sumarían al anuncio la pasada semana de la embajadora de EE.UU. ante Naciones Unidas, Susan Rice, de que retiraba su candidatura para suceder a Hillary Clinton por los ataques recibidos sobre la gestión del ataque.

La investigación independiente confirma que el atentado no estuvo precedido por protestas en el exterior del consulado en respuesta a un vídeo producido en EE.UU. que criticaba al islam, como había sostenido la Administración del presidente Barack Obama en un primer momento.

Esta teoría, sustentada por Rice en los días inmediatamente posteriores al ataque, fue fuente de conflicto y agria polémica entre republicanos y demócratas.

Rice rectificó después y afirmó que sus juicios habían estado basados en información preliminar de los servicios de inteligencia que luego resultó inexacta.

Sin embargo, la gestión de la crisis de Bengasi y las contradictorias explicaciones fueron criticadas frontalmente por destacados legisladores republicanos, como el senador John McCain, quienes las utilizaron para atacar la política exterior de Obama y desacreditar a Rice.

En plena campaña electoral, el propio candidato presidencial republicano, Mitt Romney, echó en cara a Obama las dudas y debilidades mostradas por Washington tras el episodio.

Mañana comparecerán en sendas audiencias en el Congreso dos funcionarios de alto rango del Departamento de Estado, William Burns y Thomas Nides, para responder a las preguntas de los legisladores sobre el resultado de la investigación.

Ambos lo harán en sustitución de Hillary Clinton que se encuentra en casa recuperándose de una conmoción cerebral provocada por un golpe sufrido tras caer desmayada la pasada semana.

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