1r día de tregua entre Kiev y separatistas

KIEV -- Las fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos respetaron el sábado en general el primer día del alto el fuego decretado ayer, aunque empañado por algunos incidentes aislados denunciados por los dos bandos enfrentados en el este de Ucrania. El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, constataron en una conversación telefónica que la tregua firmada ayer en Minsk con mediación de Rusia y la OSCE se ha respetado en general hasta ahora y resaltaron la importancia del control internacional para garantizar su éxito en el futuro. La manifiesta voluntad del líder ucraniano de no poner en peligro el cese de hostilidades, que contrasta con su hasta hace poco inquebrantable defensa de la operación militar contra los separatistas, tendrá que resistir en los próximos días a las más que previsibles escaramuzas en los dos bandos. Los primeros incidentes, algunos de los cuales ya han sido atribuidos a saboteadores que quieren reventar el acuerdo, tuvieron lugar ya ayer, aunque incluso el líder de los rebeldes de Donetsk, Alexandr Zajárchenko, apuntó que pudieron deberse a que la orden de dejar de disparar no había llegado aún a todos los combatientes. El más grave ocurrió junto a la localidad de Schastie, a pocos kilómetros de la ciudad de Lugansk, donde al menos once miembros del batallón de voluntarios ucraniano "Aidar" murieron a manos de las milicias tras caer en una emboscada. El comandante adjunto del "Aidar", Román Romanóvich, denunció que sus hombres fueron masacrados por los rebeldes ya después del alto el fuego, pero el llamado Estado mayor de los sublevados aseguró a la agencia rusa RIA-Nóvosti que "el batallón cayo en una emboscada antes de la tregua". Por su parte, los separatistas denunciaron la muerte de cuatro civiles durante la pasada madrugada como resultado del fuego de artillería ucraniano contra la ciudad de Donetsk, habitada por casi un millón de personas antes del estallido de la guerra. También el responsable de Defensa de la autoproclamada república popular de Donetsk, Vladímir Kónonov, denunció que las tropas de Kiev aprovechan la tregua para acercar su artillería y blindados a las posiciones de los rebeldes en lugar de alejar el armamento pesado de las inmediaciones de las ciudades, tal y como se acordó en el protocolo del alto el fuego firmado en Minsk. Por lo demás, las dos regiones han vivido hoy una jornada tranquila y apacible, algo que enseguida fue aprovechado por los habitantes de las ciudades más castigadas por los estragos de la guerra, en la que el Gobierno de Kiev denuncia que los rebeldes cuentan con ayuda militar directa de Rusia. Los pocos residentes que aún resisten en la ciudad de Lugansk, sin agua ni luz desde hace un mes y medio y sometida hasta última hora de ayer al fuego de artillería del que se acusaban los dos bandos, salieron de sus escondites para intentar devolver al menos una apariencia de normalidad a sus calles y barrios. Cientos de refugiados que se habían trasladado a la vecina Rusia cruzaron hoy mismo la frontera ruso-ucraniana que discurre por las dos regiones rebeldes, controlada prácticamente en su totalidad por los separatistas, según constataron las autoridades rusas. Muchos llevan víveres a sus familiares en la zona del conflicto, porque aunque el envío de un convoy con ayuda humanitaria rusa para la población civil del este de Ucrania se acordó para hoy mismo, ni la Cruz Roja, ni Moscú ni tampoco Kiev han aclarado los plazos o los procedimientos para su entrada en territorio ucraniano. De la ayuda humanitaria hablaron también Poroshenko y Putin, porque el protocolo para el alto el fuego firmado ayer y considerado como primer paso de un plan de paz por etapas prevé, de hecho, entre otras cosas, la apertura de corredores para los refugiados y la ayuda humanitaria. Zajárchenko, primer ministro de la autoproclamada república popular de Donetsk, dio hoy algunos detalles de ese protocolo del que no se han revelado todos sus doce puntos y adelantó que las partes consensuaron las localidades de la zona del conflicto por las que pasarán los corredores humanitarios. Otro asunto de vital importancia para los dos bandos que contempla el documento es el canje de prisioneros mediante la fórmula de "todos por todos". A pesar de la aparente buena voluntad tanto de Kiev como de los rebeldes en este asunto, nadie conoce con exactitud ni el número de prisioneros y retenidos en manos del bando contrario ni el número de personas declaradas como desaparecidas pero que en realidad pueden haber muerto en combate o haber sido ejecutadas. "Todavía no tenemos datos precisos acerca de los rehenes. Lo único que podemos decir es que son más de 200", dijo hoy el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andréi Lisenko. Los separatistas manejan números muchos más abultados y aseguran que la cifra de las personas detenidas por Kiev y a las que los rebeldes consideran como prisioneros podría rondar el millar. Los sublevados incluyen entre los suyos a los activistas prorrusos detenidos incluso en otras regiones de Ucrania, concretamente en las manifestaciones que tuvieron lugar durante la primavera pasada en Odessa y Járkov. Aunque Zajárchenko apuntó esta mañana que el intercambio de prisioneros podría empezar hoy mismo, otra fuente de los separatistas lamentó que el proceso podría durar al menos una semana.

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