Fueron falsas alarmas

AUSTIN (Texas) - Distintas amenazas de bomba en las universidades de Texas y Dakota del Norte terminaron siendo falsas alarmas, pero causaron que miles de personas desalojaran el viernes todos los edificios de esas instituciones y derivaron en críticas sobre la forma en que se emitieron las órdenes de evacuación.

El FBI trabajaba para determinar si las amenazas hechas por teléfono a las universidades estaban relacionadas. No se hallaron explosivos y las dos instituciones reabrieron sus puertas por la tarde.

Las universidades se vaciaron rápidamente por la mañana, a un ritmo ordenado pero en medio de la confusión. En un momento en que se realizan protestas violentas frente a numerosas embajadas estadounidenses en Medio Oriente y en otras zonas del mundo, las amenazas causaron tensión nerviosa entre algunos estudiantes, y las autoridades de Texas reconocieron que los hechos globales se tomaron en cuenta a la hora de ordenar el desalojo.

La primera amenaza llegó aproximadamente a las 8:35 de la mañana (1235 GMT), de parte de un hombre que afirmó pertenecer a al-Qaida, dijeron las autoridades. La persona que llamó dijo que las bombas colocadas en el campus estallarían en 90 minutos, pero los administradores esperaron más de una hora antes de encender las sirenas de la universidad, que cuenta con 50,000 estudiantes, y de enviar mensajes de texto al alumnado para advertirle que debía "alejarse lo más posible".

Las autoridades añadieron que habían comenzado la búsqueda de esplosivos en los edificios antes de que se emitiera la alerta. El rector de la Universidad de Texas, Bill Powers, defendió la decisión de no evacuar antes.

"Es fácil hacer una llamada telefónica... Lo primero que necesitábamos hacer era evaluar la situación", dijo Powers. "Si la amenaza hubiera indicado que habría una explosión en cinco minutos no hubiéramos tenido tiempo de evaluar, sino sólo de activar la alarma".

No todos coincidieron con esa explicación.

"¿Por qué tardaron tanto?", preguntó el estudiante Ricardo Núñez. "Esto debió ser inmediato".

El rector de la Universidad Estatal de Dakota del Norte, Dean Bresciani, dijo que 20,000 personas fueron evacuadas del campus principal de su escuela, así como de un plantel en Fargo, luego que se recibió la amenaza, alrededor de las 9:45 de la mañana (1345 GMT). El vocero del FBI, Kyle Loven, dijo que una llamada mencionó una "amenaza de un artefacto explosivo", pero no dio más detalles.

Los inmuebles de esa universidad reabrieron alrededor de la 1:00 p.m. (1700 GMT) y las clases se reanudaron una hora después, añadió Bresciani. Dijo que las autoridades habían declarado que el campus estaba seguro.

En el campus principal de la Universidad de Texas en Austin, la orden de evacuación se levantó al mediodía. Las clases se cancelaron por el resto de la jornada, pero las actividades escolares fueron reprogramadas para reanudarse en la noche.

"El estudiante graduado Lee Kiedrowski dijo que caminaba en el campus de la Universidad de Dakota del Norte cuando recibió el mensaje que ordenaba la evacuación en 15 minutos.

"El botón de pánico no se oprimió de inmediato", dijo Kiedrowski, quien estudia bioseguridad y atención de padecimientos infecciosos. "Pero definitivamente pensamos que vivimos ahora en un mundo distinto y, con todo lo que ha pasado en los disturbios en las embajadas de Estados Unidos en Medio Oriente, tu mente empieza a volar. Nunca sabes realmente lo que puede pasar".

En Texas, Powers dijo que las autoridades tomaron en cuenta el ambiente político actual.

"Ciertamente, la situación global debe ser parte de lo que contemplamos al evaluar cualquier amenaza", dijo.

Ashley Moran, una estudiante de primer año y residente de Houston, dijo que estaba por entrar en clases cuando los estudiantes comenzaron a propagar rápidamente la información de que debían salir de inmediato.

"Me puse muy nerviosa. Sólo sabíamos que debíamos salir", dijo.

Tania Lara, una estudiante de posgrado en la Facultad Lyndon B. Johnson de Asuntos Públicos, dijo que estaba trabajando en un edificio central del campus cuando recibió un mensaje en su celular, en el que se le pedía que se alejara lo máximo posible.

"Fue algo tranquilo, pero nadie sabía lo que estaba pasando", dijo, al describir que muchos estudiantes se dirigieron hacia las salidas. "Nadie estaba gritando `salgan de aquí' ni nada parecido", agregó.

La Universidad de Valparaíso en Indiana se vio obligada a aumentar su seguridad y publicar un aviso en la web tras recibir una amenaza a través de un graffiti, pero las autoridades reanudaron pronto las actividades al inspeccionar el campus y no detectar ningún peligro para la comunidad estudiantil.

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