Ataque al fiscal activa alerta en Texas

KAUFMAN (Texas) - Agentes policiales escoltaron este lunes a algunos empleados del condado de Kaufman hacia el tribunal, dos días después de que el fiscal de distrito y su esposa fueron hallados muertos a balazos en su casa en un ataque que desató temores de que otros servidores públicos puedan ser blanco de asesinos.

Varios policías patrullaban un costado de la corte mientras otros vigilaban el interior.

Las autoridades han dicho poco sobre la investigación de la muerte de Mike McLelland, de 63 años, fiscal de distrito del condado de Kaufman, y de su esposa, cuyos cadáveres fueron encontrados el sábado.

Los homicidios generaron temores en torno a la seguridad de los empleados públicos en todo el estado, justo dos meses después de que Mark Hasse, el asistente de fiscal de distrito del mismo condado, fuera asesinado en un estacionamiento cerca del tribunal.

Parientes y amigos que no pudieron contactar a los McLelland solicitaron a la Policía que acudiera a la casa, de acuerdo con una declaración jurada de orden de registro. Cuando llegaron, los investigadores encontraron que los dos habían sido acribillados y había cartuchos cerca de los cuerpos.

Las autoridades no han proporcionado un posible móvil.

"No quiero caminar con miedo cada día... Pero, por otro lado, hace dos meses no estaríamos teniendo esta conversación", dijo el lunes Bruce Wood, juez del condado y el principal administrador de éste, en una conferencia de prensa.

Los homicidios se produjeron menos de dos semanas después de que el director de las prisiones de Colorado fuera muerto a balazos en la puerta de su casa, aparentemente a manos de un ex reo.

Las agencias policiales en todo Texas se encuentran en estado de alerta elevada y están tomando medidas para proteger a otros fiscales de distrito y su personal.

"Creo que los fiscales de distrito en todo Texas aún están estupefactos", dijo el domingo el fiscal de distrito Mike Anderson, del condado de Harris.

El vocero del alguacil del condado de El Paso en Colorado, el sargento Joe Roybal, dijo el domingo que los investigadores no habían hallado hasta ahora evidencia de algún vínculo de las muertes en Texas con los caso de Colorado, pero precisó: "Estamos examinando todas las posibilidades".

Tom Clements, director de las cárceles de Colorado, fue muerto al 19 de marzo cuando atendía un llamado a la puerta de su casa a las afueras de Colorado Springs. Evan Spencer Ebel, un supremacista blanco y ex reo en Colorado, era sospechoso del homicidio a tiros de Clements y fue muerto dos días después en un tiroteo con policías de Texas a unos 160 kilómetros (100 millas) de Kaufman.

Poco después del homicidio en Colorado, McLelland dijo en una entrevista a The Associated Press que Hasse pudo haber sido muerto por una pandilla de supremacistas blancos.

McLelland y su esposa Cynthia, de 65 años, tenían dos hijas y tres hijos. Uno de ellos es policía en Dallas.

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