Un reporte reciente encontró que más de 4, 200 niños en el estado de Nueva York perdieron a un padre o tutor debido al coronavirus entre marzo y julio de este año, una cifra preocupante que supera por mucho la cifra de menores que perdieron a sus padres durante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Según una estimación de la revista New York, 3, 051 niños sufrieron la pérdida de uno de sus padres durante el 9/11.
El estudio publicado el miércoles por United Hospital Fund y Boston Consulting Group examinó el impacto de la pandemia en los niños en el estado de Nueva York y encontró daños severos y duraderos: Un 23% de los que perdieron a un padre están en riesgo de ingresar al sistema de cuidado de crianza. o el cuidado de un familiar, y el 50% corre el riesgo de caer en la pobreza.
“Esta pandemia no se parece a nada que hayamos visto antes”, dijo en un comunicado de prensa Suzanne Brundage, directora de la Iniciativa de Salud Infantil de UHF y coautora del informe.
“Perder a un padre o tutor durante la infancia aumenta el riesgo de un niño de desarrollar una variedad de resultados deficientes a lo largo de su vida, incluida una salud mental y física más deficiente”, añadió.
Pero aún más devastador es el impacto desproporcionado de la pandemia en las comunidades afroamericanas y latinas también. Los niños afroamericanos e hispanos experimentaron la muerte de un padre o tutor al doble de la tasa de niños asiáticos y blancos. El 57% de las muertes de padres se concentran en tres condados de la Ciudad de Nueva York: El Bronx, Brooklyn y Queens.
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Solo en Brooklyn y Queens unos 1, 800 perdieron a un padre a causa del COVID-19.
El estudio se fundamenta en muertes probables y confirmadas. En la Ciudad de Nueva York, ambas cifras suman casi 24,000 muertes.
La segunda mitad del informe analizó el impacto de la inestabilidad económica que experimentan las familias. Los investigadores encontraron que más de 1 millón de niños en todo el estado tienen un padre que perdió el empleo desde el comienzo de la crisis. De ellos, alrededor de 325, 000 viven ahora en la pobreza.
Los autores concluyeron que durante el próximo año, se necesitarán aproximadamente $ 800 millones en forma de inversión en vivienda, alimentos, seguro médico y aprendizaje remoto para "apoyar las necesidades básicas de los niños afectados por la pandemia".
