Puerto Rico

Puerto Rico un día después del sismo: cientos sin hogar y destrucción por doquier

Cientos acudieron a los refugios establecidos por el Gobierno, pues temen que un nuevo siniestro los sorprenda en medio de la noche.

Los automóviles y las sillas de plástico se convirtieron en camas improvisada para cientos de familias que perdieron sus hogares en el suroeste de Puerto Rico, tras una serie de terremotos que han azotado la isla desde finales de diciembre, pero el del martes por la madrugada fue uno de los más fuertes y devastadores en un siglo en la isla. 

El terremoto de magnitud 6.4 del martes dejó un muerto, nueve heridos y el corte del suministro eléctrico en casi todo el territorio. 

Maritza Quiñones Rodríguez, de 51 años, llora mientras ella y otros vecinos se consuelan unos a otros frente a las ruinas de sus hogares, todos cobijados bajo tiendas de campaña e iluminados con lámparas portátiles. Temen que otra réplica los sorprenda en plena madrugada. 

Quiñones Rodríguez es una de las cerca de 750 personas que se alojan en los refugios establecidos por el Gobierno. El miércoles fue un duro despertar para estas familias. 

La gobernadora Wanda Vázquez declaró el estado de emergencia y señaló que el municipio más afectado fue el pueblo costero de Guánica. Más de 200 residentes buscaron refugio en un gimnasio. Entre ellos Lupita Martínez, de 80 años, que se refugió en el estacionamiento polvoriento del lugar al lado de su esposo de 96 años. Ambos durmieron en una cama improvisada y un abrigo azul oscuro apenas los cubría. 

“No hay electricidad, no hay agua, no hay nada. Esto es horrible”, dijo Martínez.

Las autoridades afirman que es demasiado pronto para estimar el daño total causado por la cadena de terremotos que comenzó la noche del 28 de diciembre, aunque afirman que cientos de hogares y negocios en la región suroeste sufrieron graves dañados o se desplomaron por completo. 

Justo en Guánica, un pueblo de unos 15,000 habitantes, el terremoto causó daños en casi 150 hogares y tres escuelas.La iglesia de la Inmaculada Concepción, construida en 1841, se derrumbó de forma parcial. 

"Estamos enfrentando una crisis peor de la que causó el huracán María", dijo el alcalde Santos Seda. "Pido la empatía del Gobierno federal".

Santos Seda dijo los hogares de 700 familias en su municipio están a punto de colapsar.

El terremoto del martes fue el más devastador en Puerto Rico desde octubre de 1918, cuando un sismo de magnitud 7,3 azotó la costa noroeste de la isla, lo que desató un tsunami que causa la muerte de 116 personas.

Se han registrado más de 950 terremotos y réplicas en el área, aunque la mayoría de los eventos telúricos fueron demasiado débiles para sentirse, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. 

El USGS señaló que habrá más réplicas durante los próximos días, pero la probabilidad de un terremoto de magnitud 6 o mayor es de alrededor del 22%. Pero en Guánica persiste el temor, por lo que un gran número de residentes arrastraron colchones fuera de sus hogares, pues no desean que un nuevo siniestro los sorprenda en medio de la madrugada. 

“Tengo miedo que la casa se desplome", dijo Lourdes Guilbe, de 49 años. Su familia depende de su cuidado, incluido su abuelo de más de 90 años. 

Guilbe dijo que su casa no es segura por lo daños en la estructura  y que la casa de su hija se derrumbó. Lo perdieron todo. 

Un equipo de psicólogos ofrecieron ayuda a Guilbe y a docenas residentes. Los expertos buscaron a las familias puerta por puerta y también visitaron los refugios. Dayleen Ortiz fue más allá e instaló un altavoz en el techo de su automóvil para alegrar a la comunidad con un poco de salsa. Asimismo, entregó crayones y papel a los niños. 

"Hay mucha incertidumbre", dijo Ortiz. "No sabemos que sucederá".

Pese a la devastación, los puertorriqueños se mantienen fuertes y con el corazón colmado de esperanza. 

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