El gobernador Cuomo se enfrenta al escrutinio sobre la distribución de las vacunas contra el COVID-19, aunado al informe de la Procuraduría General de las muertes no contabilizadas en hogares de ancianos y un reporte que detalla una serie de renuncias y la caída de la moral entre los funcionarios de salud estatales.
“Hablo con regularidad con los mejores expertos en salud a nivel mundial”, dijo el gobernador, con énfasis durante una conferencia de prensa en medio de la tormenta invernal del lunes.“Este no es un problema estatal, no es un problema de la ciudad, ni siquiera es un problema nacional. Es un problema global".
Cuomo lanzó los comentarios horas después de que The New York Times informara que al menos nueve altos funcionarios estatales de salud renunciaron o se retiraron de sus puestos en medio de la pandemia por preocupaciones de que el gobernador los había excluido de la toma de decisiones determinantes.
El comisionado de Salud, Howard Zucker, dijo en un comunicado que si bien nueve empleados pueden haber dejado el departamento, "muchos otros se unieron a la agencia con los talentos necesarios para enfrentar este nuevo desafío".
“Es factible e indiscutible que los 4.500 empleados [del Departamento de Salud] enfrentaron un desafío mayor que cualquier otro estado y pasaron de la tasa de infección más alta del país a una de las más bajas cuando tuvimos más casos en este estado que en cualquier otro país. mundo”, afirmó.
Según The Times, Cuomo "prácticamente declaró la guerra a su propia burocracia de salud pública" durante la crisis, lo que provocó que la moral en el Departamento de Salud estatal se desplomara cuando el gobernador microgestionó la toma de decisiones y los funcionarios se enteraron de los cambios de política en conferencias de prensa.
El informe de The Times señala que el gobernador también descartó un plan de vacunación de larga data utilizando agencias de salud locales a favor de un sistema que dependía de los hospitales, una medida que Cuomo argumenta que es necesaria para garantizar que los trabajadores de la salud reciban las dosis de manera oportuna.
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“Cuando digo 'expertos' entre comillas al aire, parece que estoy diciendo que realmente no confío en los expertos, porque no lo hago”, dijo el viernes el gobernador, quien culpó a la administración de Trump por la grave crisis de salud.
Cuomo, quien disfrutó de una gran popularidad en Nueva York durante la primera ola de COVID-19 el año pasado, dijo que la respuesta del estado al virus "ha sido un esfuerzo de colaboración" durante una entrevista en 1010 Wins el lunes.
El informe de The Times se suma a la pesquisa de la procuradora general del estado, Letitia James, quien publicó un informe incisivo que afirma que el estado tergiversó las muertes en hogares de ancianos hasta en un 50%.
La investigación obligó al comisionado Zucker a publicar los datos sobre las muertes en centros de atención de ancianos que incluían a los 3.829 residentes que murieron por coronavirus después de ser trasladados a hospitales.
Los datos también han revelado importantes disparidades raciales cuando se trata de vacunas, a pesar de que el tema es algo de lo que el gobernador ha hablado casi a diario.
"Creo que Nueva York fue el primer estado en predecir que esto iba a suceder", dijo Cuomo el lunes en Manhattan cuando los reporteros le preguntaron si había algo que podría haber hecho de manera diferente en los últimos meses para disipar las dudas en las comunidades minoritarias. "Sabemos que existe un problema real de desconfianza".
Los legisladores estatales de ambos lados del pasillo se han vuelto cada vez más críticos con la administración de Cuomo y los amplios poderes de emergencia otorgados al gobernador por la Legislatura al principio de la pandemia.
En los últimos días, los republicanos han pedido a Zucker que renuncie y han presentado de forma reiterada mociones fallidas que suspenderían los poderes del gobernador, que expiran el 1 de abril. Mientras tanto, los demócratas en la Legislatura prometen acción a la luz de los nuevos informes.
"Hemos visto al gobernador priorizar su ego sobre los mejores intereses de los neoyorquinos una y otra vez", dijo el lunes la senadora Alessandra Biaggi (D-Bronx). "En lo que a mí respecta, durante la totalidad de la pandemia, este ejecutivo ha estado realmente menos que interesado en trabajar en colaboración para descubrir qué es lo que mejor mantendrá seguros a los neoyorquinos".
El asambleísta Ron Kim (D-Queens), un crítico abierto de Cuomo, dijo que los legisladores deben sopesar "cada posible retroceso”.
“Incluso con todo, queremos que el gobernador y su administración lo hagan bien”, dijo Kim. “No creo que nadie quiera estar en un estado en el que nuestro ejecutivo esté recibiendo órdenes de los cabilderos. Todavía queremos que trabaje con nosotros y haga las cosas bien".
La Legislatura conserva la capacidad de anular cualquier decreto ejecutivo de emergencia con un voto de mayoría simple en ambas cámaras.
El alcalde de Blasio, quien ocasionalmente se ha enfrentado con sus propios asesores y funcionarios de salud de la ciudad durante la pandemia, también hizo declaraciones sobre los informes recientes.
"Todo líder en Estados Unidos debería estar escuchando a sus funcionarios de salud", dijo a un reportero del Daily News durante su sesión informativa diaria. “No importa si eres gobernador, alcalde o presidente de los Estados Unidos. Cada líder debe consultar con regularidad a sus funcionarios de salud, sopesar sus análisis y sus sugerencias".
"¿[Hace estas declaraciones] El mismo alcalde que le quitó la autoridad sobre el rastreo de contactos a su Departamento de Salud y tuvo tantos enfrentamientos con su comisionada de Salud al grado de que ella renunció?", escribió en respuesta el asesor principal de Cuomo, Rich Azzopardi, en Twitter.
La excomisionada de Salud de la ciudad, la Dr. Oxiris Barbot, renunció en agosto pasado después de varios encontronazos con el alcalde y la Policía.
