República Dominicana

Jóvenes, paladines de la democracia dominicana, enfrentan a la vieja guardia

El escenario político en la República Dominica se decide ahora desde la emblemática Plaza de la Bandera y la protagonista es una generación desafiante, transgresora y dueña de un compromiso social apabullante.

Telemundo

Esa generación tiene el sartén por el mago, según las estadísticas más recientes de la Junta Central Electoral (JCE). Los electores de entre 18 y 35 años representan el 40.2 % del padrón actual.

De los 7.4 millones de votantes inscriptos, el 18.6% (1,382,444) son menores de 25 años, mientras que el 40.7% (3,022,664) no superan los 35.

Las fallidas elecciones municipales del 16 de febrero desencadenaron recias protestas frente a la máxima institución electoral. Las movilizaciones incesantes y cada vez más nutridas en Santo Domingo acaparan la atención de la prensa internacional, incluso han recibido apoyo de personajes como René Pérez ‘Residente’, el exvocalista de calle 13 detrás de innumerables actos de protesta en Puerto Rico.

Un puño en alto al lado de la bandera criolla sobre una foto en blanco y negro en la que destacan consignas escritas a mano alzada. Esa es la imagen que Pérez divulgó en sus redes sociales para apoyar a los dominicanos, que al son de merengue y cacerolazos han cimbrado los pilares sobre los que descansa la vieja guardia. Una cúpula empañada por la corrupción, el abuso de poder y el deseo inagotable de perpetuar su estancia en el Palacio Nacional.

“Los jóvenes nos estamos despertando y nos estamos dando cuenta de que vale la pena levantar la voz, porque nuestra voz tiene que ser escuchada”, expresó Yamilet Hazim, una de las líderes de las manifestaciones frente a la JCE.

La actriz de raíces dominicanas Zoe Saldaña es otra figura que urgió a la juventud dominicana a tomar las riendas del país.

"Jóvenes dominicanos...es ahora nuestro momento. Tomemos la rienda de nuestro país", escribió en Instagram.

Y las formas de protesta son tan diversas como aquellos que las convocan: tambores, cacerolas, banderas ondeando, gritos, marchas y hasta rap.

"Se van porque de nosotros se burlaron, de mi gente abusaron, creen que no íbamos a caer. Y se van, porque la Constitución violaron una y otra vez, la usaron en el baño como papel. Se van".

Esa es la rima de Lina Roa, una artista de 21 años que habla fuerte y claro.

La rapera se expresa sin tapujos contra el gobierno de Danilo Medina y su formación, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

"Se van porque le roban a mi mamá, que todos los días sale dignamente a trabajar. Hoy vamos pa' la calle, hoy salimos a protestar, pero tranquilos porque estamos claros que: 'Ustedes se van'", prosigue el cántico de Roa, una estudiante de cine.

La letra de Roa es uno de los tantos himnos de una juventud que no olvida la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) y la represión del gobierno de 12 años del expresidente Joaquín Balaguer (1960 y 1996).

Cientos de jóvenes que simpatizaron con la llamada “izquierda soñadora”, pero también aquellos que pertenecían al democrático Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fueron asesinados y encarcelados durante el régimen balaguerista, que se caracterizó por no dar tregua a sus adversarios políticos.

Ahora, el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), la organización fundada por Balaguer, parece empeñada en ganar el favor electoral de esta nueva generación, una con memoria histórica.

Los jóvenes y las mujeres son un segmento de la población dominicana que los partidos intentan seducir, pese a que están en deuda. Por un lado, la tasa en aumento de feminicidios desangra a la nación caribeña, a la vez que la brecha de equidad se hace cada vez más extensa. Por otro lado, la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades de educación flagela a la juventud dominicana.

 PLANTONES: LA HISTORIA DE UNA JUVENTUD HASTIADA

Una de las primeras protestas masivas encabezadas por jóvenes en la historia reciente de la República Dominicana es la de 2009, cuando la población demandó que el Gobierno cumpliera con el mandato constitucional de invertir el 4% del PIB en educación. Antes del movimiento nacional, la inversión era de apenas 2.3%.

“Toy Jarto”, “La Revuelta”, “Foro Social Alternativo”, “Juventud Caribe y Revolución”, “Cerito y Cruz”, “Movimiento Rebelde”, “La Multitud” y diversos frentes que se formaron en las entrañas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo son parte de los grupos de protesta que desde 2008 han defendido toda clase de cusas, desde abolir la explotación minera de Loma Miranda hasta impedir la construcción de una cementera en el parque nacional de los Haitises.

Y así, el medio centenar de manifestantes que se congregaron el 16 de febrero en la Plaza de la Bandera se ha convertido en miles, la mayoría son jóvenes que acuden a la entusiasta movilización para exigir explicaciones sobre lo ocurrido el domingo y para mostrar su malestar con la JCE y con el Gobierno.

En la denominada Plaza de la Bandera solo hay una pequeña parte de las enseñas que habitualmente ondean en este punto, en el extremo oeste de la ciudad, donde se concentran algunas importantes instituciones del Estado.

Las que hay están a media asta, tal y como las pusieron los manifestantes en señal de duelo por la democracia, de la misma manera que van vestidos de negro como luto simbólico, tal y como se pide en la convocatoria que circula en redes sociales.

Cada vez más organizados, los presentes tienen a su disposición agua y alimentos que se reparten de forma gratuita, fruto de donaciones y del altruismo de padres y abuelos que apoyan la movilización.

Está previsto que una nueva marcha el 27 de febrero, día de la independencia nacional y del último discurso de rendición de cuentas del presidente Danilo Medina, sea multitudinaria antes de la nueva convocatoria electoral del 15 de marzo, fecha estipulada para las municipales sin que hasta el momento se haya dado una explicación sobre el supuesto sabotaje que el pasado domingo llevó a suspender las votaciones a las cuatro horas de haberse iniciado, generando un constante cruce de acusaciones entre oficialismo y oposición sobre la responsabilidad de lo ocurrido.

Para muchos, este episodio podría pasar a la historia como la “primavera dominicana”.

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